Portal de Sostenibilidad - El Impacto Positivo de los Productos Km 0 en la Economía y el Medio Ambiente Local


El Impacto Positivo de los Productos Km 0 en la Economía y el Medio Ambiente Local

 

Las administraciones locales desempeñan un papel crucial en la promoción de los productos producidos en sus municipios,  ya sea a través de políticas de apoyo a pequeños productores, la organización de mercados locales o la sensibilización de la ciudadanía sobre la importancia de consumir de manera responsable.

En este sentido, los productos Km 0 representan un modelo de sostenibilidad basado en tres pilares fundamentales: el económico, el ambiental y social.

Apostar por los productos Km 0 contribuye al desarrollo de modelos económicos más resilientes, impulsa el empleo rural y protege los recursos naturales del territorio, generando un beneficio directo tanto para el entorno como para sus habitantes.

El origen y la elaboración de estos productos permiten identificar aquellos bienes que son cercanos al punto de venta o consumo final, facilitando su promoción y transmitiendo valores esenciales a los consumidores interesados en adquirirlos en su lugar de procedencia.

Tenemos que distinguir entre productos de proximidad y productos Km 0. Los productos de proximidad son aquellos bienes producidos en un radio geográfico cercano al consumidor, sin una distancia definida de manera estricta, pero generalmente comprendida entre 50 y 250 km.

Por su parte, los productos Km 0, además de ser de proximidad, cumplen criterios estrictos de sostenibilidad en su producción y transporte, limitando su distribución a un radio máximo de 100 km.

Mientras que los productos de proximidad pueden proceder tanto de métodos industriales como tradicionales y no siempre garantizan un impacto ambiental reducido, los productos Km 0 están ligados a prácticas más responsables con el entorno.

Apoyar el consumo de productos km 0 supone no sólo ventajas ambientales y económicas para las zonas de producción, sino también sociales, culturales e incluso de salud de la población.

En cuanto a los beneficios ambientales, el primero y más claro es la reducción de las emisiones de carbono: Reducir las distancias de transporte significa menos emisiones contaminantes. A esto le sumamos que los productos Km 0, al no requerir largos procesos de conservación y distribución, permiten minimizar el uso de envases y plásticos, disminuyendo los residuos.

Por esta misma razón, la proximidad entre el productor y el consumidor reduce las pérdidas de producto por deterioro durante el almacenamiento y la logística, reduciendo el desperdicio alimentario.

Fomentando la producción de productos Km 0, se incentiva el cultivo de variedades autóctonas y el mantenimiento de ecosistemas locales, evitando la expansión de monocultivos industriales, preservando la biodiversidad.

Pero los beneficios ambientales no suelen perdurar en nuestra sociedad si no van acompañados de beneficios económicos. Y aquí es donde los productos Km 0 vuelven a ganar la partida. Con estos productos, se apoya a la economía local, favoreciendo el desarrollo de pequeños productores, pescadores y agricultores, impulsando el tejido empresarial del territorio, permitiendo que, con la reducción de intermediarios, los productores reciban un precio más equitativo por su trabajo

Es indiscutible que esta economía genera oportunidades laborales en sectores como la agricultura, la pesca y la artesanía, ayudando a fijar población especialmente en áreas rurales.

Las entidades locales tienen un reto ante ellos: el crecimiento de este mercado dinámico de productos locales exigirá mejoras en infraestructuras y logística, incentivando la inversión pública y privada.

Los impactos ambientales y económicos son claros. Pero los municipios encontrarán en los productos Km 0 un aliado para fortalecer sus comunidades, ya que, al acortar la distancia entre productor y consumidor, se fomenta un mayor compromiso con el comercio local.

Los productos locales están ligados con las tradiciones locales de forma directa, así, manteniendo viva la cultura gastronómica y agrícola de una comarca, garantizamos la preservación, no sólo de su biodiversidad, si no de sus tradiciones. Adquirir productos directamente de los productores proporciona mayor conocimiento sobre su origen y proceso de elaboración, permitiendo decisiones de compra más informadas.

Pero ¿qué ocurre con la salud de los consumidores? Pues, sin duda, se ve también beneficiada. Al llegar al consumidor sin largos procesos de almacenamiento, los alimentos conservan mejor su sabor, textura y propiedades nutricionales.

Hay que tener en cuenta que los productos Km 0 se cosechan en su momento óptimo, garantizando un mayor valor nutricional y evitando el uso de técnicas intensivas para acelerar su crecimiento. Eso sí, se trata de un consumo estacional.

Al igual que ocurría con la reducción del uso de envases, al evitar largas rutas de transporte y almacenamiento, los alimentos no necesitan ser conservados por tiempos largos, por lo que la necesidad de conservantes artificiales disminuye significativamente.

Pero para crear una auténtica economía alrededor de los productos Km 0, hay que vencer una serie de barreras. La primera es la percepción del precio más alto. A pesar de evitar intermediarios y costes de transportes, estos productos suelen tener costes de producción ligeramente superiores en comparación con los productos de cadenas de distribución masiva.

Otra de las barreas suele ser la falta de disponibilidad en mercados convencionales. Los canales de distribución para productos Km 0 suelen ser más limitados, como mercados de agricultores o tiendas especializadas.

Además, el consumo de productos locales requiere un cambio en los hábitos, como consumir alimentos de temporada o cocinar con ingredientes menos comunes. Sin embargo, muchos consumidores están acostumbrados a la comodidad de encontrar cualquier producto en cualquier momento del año.

Es aquí cuando el apoyo de las entidades locales a productores y comercios es indispensable, facilitando los espacios para la venta de productos Km 0, pero también lanzando campañas de educación y sensibilización, ya que muchas personas desconocen qué son los productos Km 0 o cuáles son sus beneficios.

Elegir productos de Km 0 no solo impacta positivamente en la salud y la calidad de vida, sino que también representa una decisión de consumo que respalda la economía local, protege el medio ambiente y fortalece el tejido social. Promover este modelo supone avanzar hacia un futuro más sostenible y equilibrado para todos.

Apostar por el consumo local implica reducir la huella ecológica, fortalecer la economía local y disfrutar de alimentos más frescos y nutritivos.

 

Este artículo se ha realizado para la OFICINA DE SOSTENIBILIDAD de la Cámara de Valencia con la financiación de la DIPUTACIÓN DE VALENCIA en el año 2024.

 

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