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Gestión sostenible de playas y espacios naturales: el reto de los ayuntamientos turísticos

 

Las playas en municipios costeros y los espacios naturales tanto en costeros como de interior, representan uno de los principales atractivos turísticos de la provincia de Valencia. Su riqueza paisajística y ecológica no solo los convierte en imanes para los visitantes, sino que también son pilares fundamentales para la economía de muchos municipios.

Sin embargo, el turismo masivo, el cambio climático y el desarrollo urbano sin control amenazan la sostenibilidad de estos entornos, lo que plantea un desafío complejo para los ayuntamientos de los municipios turísticos. La necesidad de encontrar un equilibrio entre la conservación del entorno, el crecimiento económico y el bienestar de la población es más apremiante que nunca.

Gestionar estos espacios de manera sostenible implica tomar medidas que permitan su preservación sin comprometer su disfrute. Es imprescindible abordar cuestiones como la capacidad de carga turística, la prevención de la erosión costera y la regulación del uso del suelo, algunas de las cuales escapan a las competencias municipales.

Las playas, debido a su fragilidad ambiental, pueden sufrir una degradación acelerada si no se controlan los flujos de visitantes y no se implementan mecanismos de protección adecuados. La presión turística excesiva genera acumulación de residuos, pérdida de biodiversidad y contaminación del agua, problemas que requieren una intervención efectiva por parte de los gobiernos locales, responsables de la gestión de estos entornos. Para ello, los ayuntamientos pueden establecer medidas que no siempre son populares, como límites de aforo en ciertas áreas o promover un turismo más distribuido en el tiempo y el espacio, evitando la sobrecarga en temporada alta.

Uno de los mayores retos en la gestión de estos espacios es el impacto del cambio climático, que se manifiesta en el aumento del nivel del mar, fenómenos meteorológicos extremos y procesos de erosión costera. La regeneración de dunas y la protección de la vegetación litoral se convierten en medidas clave para frenar estos efectos. De igual forma, la urbanización sin planificación puede agravar estos problemas, provocando la pérdida irreversible de ecosistemas costeros.

La contaminación de las playas y espacios naturales es otro aspecto crítico. La acumulación de plásticos, el vertido de aguas residuales y otros desechos afectan la calidad del entorno y ponen en peligro la fauna local. La implementación de estrategias de reciclaje, la promoción de materiales biodegradables y el refuerzo de la educación ambiental resultan esenciales para mitigar este impacto. No se trata, en este caso, de actuar sobre los entornos naturales, se trata de actuar sobre aspectos que llegarán a afectar a playas y parajes naturales.

En este sentido, la sensibilización de turistas y residentes juega un papel clave, ya que fomentar buenas prácticas ambientales ayuda a reducir la huella ecológica, tanto local, como del turismo.

Para afrontar estos desafíos, los ayuntamientos pueden valerse de diferentes herramientas y estrategias. La planificación y ordenación territorial es un elemento esencial para gestionar de manera eficiente el uso de los espacios naturales. Los ayuntamientos cuentan con herramientas para ello, como definir zonas de protección, establecer normativas claras y garantizar que el desarrollo turístico no afecte la biodiversidad. Además, el fomento del ecoturismo y la diversificación de la oferta turística pueden contribuir a aliviar la presión, por ejemplo, sobre las playas más concurridas, incentivando el disfrute de otros espacios naturales que puedan absorber parte del flujo de visitantes.

La tecnología también juega un papel fundamental en la monitorización y control ambiental. El uso de sensores para medir la calidad del agua, drones para supervisar el estado de las playas y aplicaciones móviles que informen sobre la capacidad de carga de determinados espacios permiten una gestión más eficiente y en tiempo real. Además, establecer mecanismos de colaboración entre administraciones, empresas turísticas y sociedad civil favorece la implementación de soluciones conjuntas que garanticen la sostenibilidad.

En este contexto, la adopción de sistemas de gestión ambiental y de calidad cobra especial relevancia. La certificación en la norma ISO 14001 de sistemas de gestión ambiental, proporciona un marco para minimizar el impacto ambiental y mejorar la eficiencia en el uso de los recursos, asegurando que las playas y espacios naturales sean gestionados bajo estándares internacionales de sostenibilidad. Por otro lado, la aplicación de la norma ISO 9001 de sistemas de gestión de la calidad, contribuye a mejorar la calidad de los servicios turísticos, garantizando una experiencia satisfactoria para los visitantes y reforzando la reputación del destino.

La combinación de ambas normas garantiza una gestión de los espacios naturales destinada a la máxima satisfacción de los usuarios, tanto locales como turistas, con servicios con una calidad controlada, a la vez que se cuenta con pautas, procedimientos, objetivos y controles encaminados a la conservación ambiental tan importante en entornos tan frágiles.

Los sistemas de gestión se están aplicando con éxito desde el año 2000 en playas de la provincia de Valencia, como Cullera, Sagunto, Valencia o Gandia, pero también en playas más pequeñas como El Puig, Canet, Puzol o Tavernes de la Valldigna, entre otras, siendo artífices del cambio que han sufrido todas estas playas en los últimos 25 años, garantizando su conservación en cuanto a las competencias de la gestión municipal se refiere. Ampliar estas metodologías de gestión a otros espacios naturales es un éxito garantizado.

La gestión ambiental tiene que ir acompañada de actuaciones como el impulso de energías renovables en la iluminación de paseos marítimos, la instalación de estaciones de carga para bicicletas eléctricas y la implementación de sistemas de depuración de agua sostenibles, soluciones que pueden integrar los municipios para reducir la huella ambiental del turismo. Además, la promoción de actividades que respeten el medioambiente, como el senderismo, el cicloturismo o el avistamiento de fauna, ayuda a diversificar la oferta turística y a atraer a un perfil de visitante más comprometido con la sostenibilidad.

En definitiva, la gestión sostenible de playas y espacios naturales es un reto ineludible para los ayuntamientos turísticos. Adoptar medidas de conservación, regular el uso del suelo, reducir la contaminación y fomentar un turismo responsable son estrategias fundamentales para garantizar la preservación de estos entornos. La implementación de sistemas de gestión ambiental y de calidad, como las certificaciones ISO 14001 e ISO 9001, ofrece un marco sólido para optimizar la gestión y asegurar la sostenibilidad a largo plazo. Solo a través de una planificación integral y un compromiso real con la sostenibilidad se podrá garantizar que las futuras generaciones continúen disfrutando de estos valiosos espacios naturales.

Este artículo se ha realizado para la OFICINA DE SOSTENBILIDAD de la Cámara de Valencia con la financiación de la DIPUTACIÓN DE VALENCIA en el año 2024.

 

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