Los cambios climáticos ocasionados por múltiples factores, entre ellos la intervención humana, han dejado daños considerables en la tierra, afectando de forma directa a todas las especies y personas que habitan en ella.
Esta situación obliga a la sociedad a desarrollar modos de vida más sostenibles, que permitan preservar la biodiversidad de los ecosistemas, el crecimiento económico y el bienestar social en todos los países.
Las empresas son esenciales para la construcción de una sociedad sostenible, en la que existan políticas de producción que generen calidad de vida, pero que también sean cónsonas con el cuidado del medio ambiente.
Una empresa sostenible tiene garantizada su permanencia en el tiempo y un nivel alto de competitividad dentro del mercado mundial, pues la sociedad consumista está demandando productos, bienes y servicios que estén más conectados con la preservación de la naturaleza.
La rentabilidad de una empresa es el indicador que demuestra todas las ganancias obtenidas derivadas de los bienes y servicios que produce o comercializa, tomando en cuenta sus activos y el retorno de la inversión.
Para que un negocio sea rentable debe existir una eficiente administración de su capital, una inversión acertada en todas las etapas de inicio y desarrollo, manteniendo buenas prácticas de producción e intercambio comercial.
Una empresa es rentable cuando fortalece sus capacidades para invertir muy bien los recursos, promoviendo el máximo de ganancia o utilidades, logrando que sus ingresos sean más altos que sus gastos.
La rentabilidad se utiliza para medir el alcance de las ganancias en relación con el tamaño de la empresa, a través de ella se puede visualizar el éxito o el fracaso de las inversiones realizadas.
Para eso se utilizan indicadores financieros con los que se evalúa la eficiencia y efectividad administrativa de cualquier organización, en este proceso hay que tomar en cuenta varios índices económicos.
Un buen cálculo de rentabilidad requiere de un análisis exhaustivo para obtener resultados certeros, las variables a evaluar son los activos, el patrimonio, los intereses, el nivel de producción, las ventas y el ingreso generado.
El foco central del éxito de una empresa es la rentabilidad, si se conoce con exactitud las ganancias obtenidas producto de la inversión, entonces se tendrá claridad de los buenos o malos resultados.
Las claves esenciales para mantener una empresa rentable son la aplicación de una logística integral, garantizar una atención de calidad al cliente, la capacitación de sus trabajadores, implementación de herramientas tecnológicas en los procesos, la reducción de gastos innecesarios, el incremento de la productividad y el apostar por la sostenibilidad.
Cuando los resultados son positivos, sabrá qué operaciones o procesos debe realizar o cuáles no, para seguir alcanzando el crecimiento sostenible de la empresa.
Una empresa sostenible es la que tiene como base esencial tres pilares fundamentales, su crecimiento económico, el respeto por los ecosistemas y el medio ambiente y el impulso del bienestar social.
Este tipo de negocios dan paso a una cadena de valor haciendo un buen uso de los recursos renovables, contribuyendo con la calidad de vida de las generaciones del presente, pero también del futuro.
El propósito es desarrollar procesos productivos que garanticen un equilibrio justo dentro de la sociedad, sin provocar impactos negativos en el entorno ambiental y propiciando el crecimiento económico para el beneficio individual y colectivo.
La responsabilidad social empresarial es el punto de partida para lograr cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible, el compromiso con el planeta debe estar al mismo nivel que la generación de ganancias, porque ahora clientes exigentes, piden empresas más conscientes con el entorno ambiental.
Es un reto para los nuevos negocios crecer con prácticas sostenibles, al igual que para las grandes industrias, el adaptarse a estas formas de trabajo.
El compromiso que las empresas asuman con la sostenibilidad, incidirá de forma directa en la toma de decisiones de los gobiernos y de la sociedad, si los empresarios evalúan el bienestar de la humanidad en todas sus acciones, así lo hará cada actor que esté vinculado a ellos.
Las empresas sostenibles trabajan a diario para crear valores económicos, sociales y medioambientales, el propósito es crear rentabilidad a largo plazo, satisfaciendo las necesidades de sus clientes y garantizándoles un entorno seguro.
Para ser una empresa sostenible es fundamental cumplir con algunos pasos y estrategias que ayudarán a fortalecer la marca, atraer más inversores y aumentar la productividad, todo esto con medidas de ahorro y reutilización de recursos.
Aplicar una economía circular es una de ellas, esta metodología permite disminuir el ingreso de componentes y reutilizar lo que ya se encuentran en el mercado, para minimizar el consumo de recursos naturales y reducir la salida de residuos.
El uso de fuentes de energía renovables, el comercio justo que promueva ganancias y beneficios para todos los actores que operan alrededor de la empresa, son otras formas de construir labores sostenibles.
Y por último y no menos importante el reciclaje, la educación y formación ambiental, hacer uso de medios de transporte sostenibles, conectarse con proveedores sostenibles, colaborar con acciones sociales y reducir la huella ambiental.
En un entorno actual tan complejo, que demanda cada vez más la conservación del medio ambiente, ejecutar acciones que impulsen tranquilidad y bienestar con estrategias sostenibles, es una ventaja que dará la oportunidad a las organizaciones de formar parte de un mercado muy competitivo.
Según una investigación hecha por la red mundial PWC denominada ‘Las empresas y el desafío de los ODS’, 72 % de las empresas en todo el mundo incluyen en sus informes los Objetivos de Desarrollo Sostenible, impulsados por la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Los cambios presentados en todos los contextos mundiales son inevitables, el afán de los organismos internacionales y los gobiernos de algunas naciones por convertir el planeta en un lugar más sostenible obliga a los negocios a adecuarse a estas políticas.
Dentro del mercado de intercambio económico hay un innumerable cúmulo de empresas que compiten por recursos naturales agotables, todos deben apostar por la producción y venta de bienes y servicios responsables con el medio ambiente y por eso es necesario que los negocios se muevan en función del desarrollo sostenible.
Si una empresa quiere perdurar en el tiempo, debe ejercer prácticas que estén en consonancia con la sostenibilidad medioambiental, que impulsen ganancias económicas y que satisfagan a los clientes que buscan cubrir sus necesidades para vivir tranquilos.
Un negocio sostenible es rentable porque su filosofía de trabajo está basada en la elaboración de productos y marcas concebidos a largo plazo, otra ventaja es que marcará la diferencia entre muchas otras organizaciones que no han tomado la decisión de formar parte de esta comunidad que busca un desarrollo perdurable.
Cuando una empresa es sostenible puede lograr procesos más eficientes y resultados más efectivos, creando productos respetuosos con el planeta, incrementando de esta forma la fidelización de sus clientes porque la conexión será permanente.
Cumplir con los objetivos de desarrollo sostenible permitirá a las empresas un mejor nivel competitivo, incrementarán sus ventas y asegurará su permanencia y crecimiento económico, siendo cada día más rentables y brindando mayor calidad de vida.
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