La Agencia Europea de Medio Ambiente informó recientemente que la Unión Europea ha reducido la emisión de gases de efecto invernadero durante el año 2023. Lo cierto es que reconoce que aún queda camino por recorrer para poder cumplir los objetivos planteados para el 2030.
A medida que las emisiones de gases de efecto invernadero retomaban una trayectoria descendente tras la recuperación en 2021 de la pandemia de COVID-19, los Estados miembros también notificaron un mayor nivel de ambición para las reducciones de 2030 y miles de políticas y medidas nacionales para cumplir los objetivos en materia de clima y energía. Aunque el informe destaca algunos signos alentadores de progreso, también hace hincapié en que será necesario al menos duplicar los esfuerzos para alcanzar los ambiciosos objetivos fijados para finales de la presente década.
La UE ha reducido las emisiones netas de gases de efecto invernadero, incluida la aviación internacional, en un 31 % en comparación con los niveles de 1990, fomentando al mismo tiempo el crecimiento económico. En un contexto de subida de los precios del gas natural, en 2022 se registró una reducción del 2 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, impulsada por reducciones sustanciales en los sectores de la construcción y la industria, mientras que las emisiones procedentes del suministro de energía y del transporte experimentaron un aumento.
Según el informe de la AEMA, para alcanzar el objetivo de reducción de emisiones de 2030, el ritmo de reducción anual de las emisiones de gases de efecto invernadero en Europa debería duplicarse con creces en comparación con el progreso anual observado desde 2005. Es necesario que las emisiones se reduzcan más rápidamente sobre todo en el caso de las procedentes del transporte por carretera, la construcción, la agricultura, los residuos y las pequeñas industrias, todas ellas contempladas en el Reglamento de reparto del esfuerzo. Las reducciones del consumo de energía y el crecimiento de las energías renovables deben acelerarse aún más para alcanzar los objetivos de 2030 incluidos en la Directiva sobre eficiencia energética y la Directiva sobre fuentes de energía renovables recientemente adoptadas.
Al mismo tiempo, el informe indica avances notables en ámbitos específicos. Aunque la energía eólica y la solar tenían una presencia modesta en el sector eléctrico en 2005, su cuota estimada en la producción de electricidad superó el 20 % en 2022. El reciente despliegue de la energía solar ha sido especialmente notable, ya que creció un 28 % a lo largo de 2022. El informe también señala un notable aumento de las ventas de bombas de calor durante 2022 y el aumento de la cuota de los vehículos eléctricos, que representaron un 22 % del total de ventas de automóviles nuevos el año pasado.
En marzo de 2023, los Estados miembros realizaron una estimación de que las medidas ya aplicadas en toda Europa conducirían a una reducción del 43 % en 2030 de las emisiones netas totales de gases de efecto invernadero, incluida la aviación internacional, mientras que otras medidas que se están planificando actualmente impulsarían las reducciones hasta el 48 %. El año pasado, los Estados miembros solo preveían una reducción total del 41 %, lo que indica un aumento conjunto de la ambición en toda Europa en el último año. Sin embargo, aún quedaría un desfase de siete puntos porcentuales respecto al objetivo climático del 55 % fijado por la UE para 2030.
Si miramos más allá de 2030 y según el informe de la AEMA, advierte que la oportunidad de poner en marcha las decisiones y tecnologías adecuadas es limitada, por lo que es esencial que la neutralidad climática se tenga en cuenta en las políticas dirigidas a los sectores de transporte y agricultura de cara a 2050, sean contundentes y decisivas con el fin de aumentar la capacidad de eliminación de CO2 dentro del sector del uso de la tierra, el cambio de uso de la tierra y la silvicultura.
La actualización de los Planes Nacionales Integrados de Energía y Clima (PNIEC) de los Estados miembros, cuyos borradores se están presentando desde el verano de 2023 y cuya actualización definitiva se espera para el 30 de junio de 2024, ofrece a los Estados miembros la oportunidad de establecer políticas y medidas más sólidas y aumentar los niveles de ambición. El informe señala que la actualización de estos planes, junto con la rápida aplicación de las medidas adoptadas a escala de la UE, son pilares clave para cumplir los objetivos.
Este artículo se ha elaborado en el marco del proyecto de EEN-SEIMED financiado por la Red Enterprise Europe Network, de la Unión Europea 2023.
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