Portal de Sostenibilidad - Los Retos de la Agricultura Mediterránea: El Caso de las Pequeñas Explotaciones del Litoral Mediterráneo Español


Los Retos de la Agricultura Mediterránea: El Caso de las Pequeñas Explotaciones del Litoral Mediterráneo Español

 

 

 

La agricultura mediterránea, caracterizada por su clima templado, estaciones húmedas y veranos secos, es fundamental para la economía y el paisaje del litoral mediterráneo español. Las pequeñas explotaciones agrícolas en esta región han sido durante siglos una fuente de alimentos, cultura y empleo para las comunidades locales. Sin embargo, estas explotaciones enfrentan hoy una serie de desafíos que ponen en riesgo su sostenibilidad económica, social y ambiental. Los retos de la globalización, el cambio climático, la escasez de agua, la competencia por el uso del suelo y la falta de apoyo institucional son factores clave que amenazan la viabilidad de las pequeñas explotaciones en esta región.

 

  1. Contexto de la Agricultura Mediterránea en España

 

El litoral mediterráneo español, que abarca desde Cataluña hasta Andalucía, ha sido históricamente una región agrícola rica y diversa. En este espacio se cultivan productos característicos de la dieta mediterránea, como el olivo, la vid, los cítricos y las hortalizas. La combinación de factores naturales y culturales ha permitido el desarrollo de prácticas agrícolas adaptadas a las condiciones del clima mediterráneo, como la agricultura de secano, la rotación de cultivos y el uso de terrazas para evitar la erosión del suelo.

No obstante, la agricultura mediterránea se enfrenta hoy a un entorno complejo en el que confluyen factores económicos, sociales y ambientales que dificultan la supervivencia de las pequeñas explotaciones. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE, 2020), el número de explotaciones agrícolas ha disminuido significativamente en las últimas décadas, especialmente en regiones rurales donde las pequeñas explotaciones dominan el paisaje. Estos pequeños agricultores se ven cada vez más presionados por la competencia de las grandes empresas agroindustriales y los cambios en la demanda del mercado global.

 

  1. Cambio Climático y Escasez de Agua

 

Uno de los principales desafíos que enfrentan las pequeñas explotaciones agrícolas en el litoral mediterráneo español es el cambio climático. El aumento de las temperaturas, la reducción de las precipitaciones y la mayor frecuencia de fenómenos climáticos extremos, como sequías e inundaciones, están alterando las condiciones de cultivo en esta región.

La escasez de agua es una preocupación especialmente acuciante. Según un informe de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET, 2021), el litoral mediterráneo ha experimentado una reducción de las precipitaciones medias anuales de entre el 5% y el 10% en las últimas dos décadas. La agricultura de regadío, que es fundamental para cultivos como los cítricos, las hortalizas y los frutales, depende cada vez más de fuentes de agua limitadas y costosas, lo que incrementa los costos de producción para los agricultores.

Las pequeñas explotaciones, a menudo con recursos financieros limitados, tienen dificultades para acceder a tecnologías de riego eficientes, como los sistemas de riego por goteo o la desalación, que son necesarios para hacer frente a la escasez de agua. Además, la competencia por el agua entre el sector agrícola, el turismo y las áreas urbanas en crecimiento añade presión sobre los recursos hídricos disponibles. En muchas zonas del litoral mediterráneo, los agricultores se enfrentan a restricciones en el acceso al agua debido a la sobreexplotación de acuíferos y la contaminación.

 

  1. Competencia por el Uso del Suelo

 

Otro reto clave para las pequeñas explotaciones del litoral mediterráneo es la competencia por el uso del suelo. El rápido desarrollo urbano y la expansión del turismo en la costa española han incrementado el valor del suelo, especialmente en las zonas cercanas al mar. Como resultado, muchos agricultores se ven presionados a vender sus tierras a promotores inmobiliarios, lo que está provocando la desaparición de tierras agrícolas en beneficio de la construcción de viviendas y complejos turísticos.

Este fenómeno no solo reduce la superficie agrícola disponible, sino que también altera el paisaje rural y provoca la pérdida de los saberes tradicionales y las prácticas sostenibles asociadas con la agricultura mediterránea. En el caso de las pequeñas explotaciones, la venta de tierras puede ser una tentación difícil de resistir, especialmente en un contexto de bajos márgenes de rentabilidad y crecientes costos operativos.

La expansión urbana también contribuye a la fragmentación del territorio agrícola, lo que dificulta la gestión sostenible de los recursos naturales y la conservación de la biodiversidad. Según un estudio de la Fundación Global Nature (2020), las pequeñas explotaciones en áreas fragmentadas tienen menos posibilidades de implementar prácticas de agricultura ecológica o agroecología debido a las dificultades para coordinar el uso del agua y el manejo del suelo con otros agricultores vecinos.

 

  1. Globalización y Precios de los Productos Agrícolas

 

La globalización de los mercados agrícolas es otro desafío importante para las pequeñas explotaciones. La integración de España en la Unión Europea y en el comercio global ha aumentado la competencia con productores de otros países, tanto dentro como fuera de Europa. Países como Marruecos o Turquía han incrementado sus exportaciones de productos agrícolas, como cítricos, hortalizas y frutas, compitiendo directamente con los agricultores españoles en los mercados europeos.

Esta competencia ha llevado a una reducción de los precios de los productos agrícolas, lo que afecta especialmente a los pequeños agricultores, que no tienen la capacidad de producir a gran escala ni de acceder a los mismos canales de distribución que las grandes empresas. Además, los consumidores, especialmente en mercados internacionales, tienden a priorizar el precio por encima de la calidad o la sostenibilidad de los productos, lo que deja a los pequeños agricultores en una posición desventajosa.

Un estudio del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA, 2019) mostró que los pequeños agricultores de cítricos en la Comunidad Valenciana enfrentan dificultades para competir con los precios más bajos de los productos importados. La baja rentabilidad ha llevado a muchos de ellos a abandonar el cultivo o a recurrir a cultivos alternativos menos rentables, como los almendros o los olivos, lo que a su vez reduce la diversidad de cultivos en la región.

 

  1. Falta de Apoyo Institucional y Acceso a la Innovación

 

A pesar de la importancia de las pequeñas explotaciones para la economía rural y la sostenibilidad ambiental, muchos agricultores señalan una falta de apoyo institucional. Las políticas agrícolas europeas, incluidas las subvenciones de la Política Agraria Común (PAC), a menudo favorecen a las grandes explotaciones agrícolas, lo que deja a los pequeños agricultores en desventaja a la hora de acceder a financiación o apoyo técnico.

La falta de acceso a la innovación y a nuevas tecnologías también es un obstáculo para la viabilidad de las pequeñas explotaciones. Los avances en la agricultura de precisión, las tecnologías de riego eficientes y la agroecología ofrecen oportunidades para mejorar la productividad y reducir el impacto ambiental, pero muchos pequeños agricultores carecen de los recursos financieros y el conocimiento necesario para implementarlas.

 

  1. Soluciones y Perspectivas

 

A pesar de estos desafíos, existen soluciones potenciales que pueden ayudar a las pequeñas explotaciones agrícolas del litoral mediterráneo a adaptarse y prosperar en un contexto cambiante. Algunas de las posibles estrategias incluyen:

  1. Fomento de la agricultura ecológica y local: Las pequeñas explotaciones pueden beneficiarse del aumento de la demanda de productos ecológicos y de proximidad. La promoción de mercados locales y circuitos cortos de distribución puede ayudar a los agricultores a obtener precios más justos y a reducir la dependencia de los mercados globales.
  2. Inversiones en tecnologías sostenibles: El acceso a tecnologías de riego eficiente y prácticas agroecológicas puede mejorar la productividad y la resiliencia de las pequeñas explotaciones. Es fundamental que las políticas públicas apoyen a los pequeños agricultores en la adopción de estas tecnologías.
  3. Protección del suelo agrícola: Las políticas de planificación territorial deben proteger las tierras agrícolas frente a la expansión urbana descontrolada. Incentivar el uso sostenible del suelo y fomentar la regeneración de tierras agrícolas degradadas puede ayudar a preservar el paisaje rural y la biodiversidad.

 

  1. Conclusiones

 

Las pequeñas explotaciones agrícolas del litoral mediterráneo español enfrentan un conjunto de retos interrelacionados que amenazan su sostenibilidad a largo plazo. El cambio climático, la escasez de agua, la competencia por el uso del suelo y la globalización son factores que exigen respuestas coordinadas a nivel local, regional y europeo. Sin embargo, con un mayor apoyo institucional, acceso a la innovación y políticas de protección del suelo, estas explotaciones pueden seguir desempeñando un papel fundamental en la economía rural, la seguridad alimentaria y la preservación del patrimonio cultural y ambiental de la región.

 

  1. Referencias bibliográficas

 

Agencia Estatal de Meteorología (AEMET). (2021). Informe sobre el cambio climático en España. Madrid: AEMET.

Fundación Global Nature. (2020). Informe sobre la fragmentación del territorio agrícola en España. Madrid: Fundación Global Nature.

Instituto Nacional de Estadística (INE). (2020). Censo Agrario 2020. Madrid: INE.

Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA). (2019). Estudio de la competitividad de los cítricos en la Comunidad Valenciana. Madrid: MAPA.

 

Este artículo se ha realizado en el marco de la Resolución de IVACE de concesión de una subvención al Consejo de Cámaras de la Comunitat Valenciana, para el fomento de la Sostenibilidad y Desarrollo Sostenible en el año 2024.

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