Este artículo va dirigido a todo tipo de personas a los que les interesa mejorar en sus hábitos de consumo. No importa si estamos hablando de industrias, comercios o incluso de nuestras casas. Mucho menos importa la formación técnica que pueda cada persona tener. Lo importante es estar concienciado de que siempre tenemos la oportunidad de ser mejores y el uso de la energía es una disciplina más donde de manera sencilla podemos ser más eficientes.
A continuación se definen de manera llana algunos conceptos básicos en torno a los cuales gira la eficiencia energética. Solo así podremos asegurar la eficacia de cualquier acción emprendida con este objetivo. Se trata de conceptos fundamentales que debería manejar con soltura cualquier persona con voluntad de hacer de este planeta un mundo mejor y por supuesto cualquier profesional que trabaje en el campo de la eficiencia energética y la energía renovable. Conceptos que vamos a poder aplicar tanto refrigerando una comida, como iluminando una estancia o simplemente cargando un teléfono móvil. Vamos a ello.
De primero, eficiencia energética.
Todos nuestros esfuerzos encaminados hacia un consumo más responsable que nos permita preservar la salud de nuestro planeta se materializan a través del concepto de eficiencia energética entendido como el arte de hacer más con menos. Los continuos avances tecnológicos y el conocimiento adquirido unido a un cada vez mayor estado de bienestar permiten el desarrollo de nuevas tecnologías y operativas que cristalizan en procesos cada vez más eficientes.
La eficiencia energética hace referencia a la capacidad de hacer lo mismo con menos. Es decir, mantener el nivel de producción o el nivel de confort consumiendo menos energía. Es importante hacer ver que en esta definición completamos el concepto de ahorro con una restricción importante, a saber, condicionar el nivel de servicio asegurando que cualquier medida de ahorro nunca lo va a deteriorar. Es importante entender que si bien el concepto de ahorro no nos va a abrir ninguna puerta ni nos va a granjear la confianza de ningún cliente, la eficiencia energética va a tener justamente el efecto contrario. De hecho, cualquier cliente que nos abra ahora las puertas de su comercio o de su industria únicamente va a escuchar nuestras propuestas de eficiencia en la medida que seamos capaces de garantizar no solo una disminución del consumo sino que mantendremos intactos los niveles de producción o de confort.
Eficiencia Energética 2.0.
Con el tiempo las necesidades del cliente y por lo tanto sus exigencias han evolucionado y lo mismo le ha pasado al concepto de eficiencia energética. Hoy en día nos encontramos con que los proyectos de eficiencia energética van a ser valorados no solo por la capacidad de mantener los niveles de servicio con menores consumos, sino que nos van a pedir aumentarlos, es decir nos van a pedir hacer más con menos. La eficiencia energética actual no tiene sentido sí nuestra propuesta de valor no aporta una mejora al cliente. El ahorro, por cierto, es un hecho que se sobreentiende.
Ahorro.
El ahorro es un concepto robusto y bien definido per se. Y sin embargo, es hermano pobre de la eficiencia energética. Entendemos por ahorro la cualidad de consumir menos de un producto o de un recurso. Y eso lo puede hacer cualquiera. No nos preocupamos de los efectos posteriores que ese ahorro conlleva. Así por ejemplo el ahorro de energía se puede entender simplemente como una disminución del consumo de electricidad o de gas que se manifiesta directamente en nuestro recibo energético. De esta definición se deduce que el ahorro energético es un concepto del todo insuficiente en el ámbito de la eficiencia energética.
Insuficiente porque podríamos hacer el Milikito si buscando el ahorro de energía deterioráramos nuestro nivel de confort o de producción. Nadie nos abriría las puertas si les ofreciéramos ahorrar en la factura de electricidad simplemente apagando luces. Seamos más ambiciosos, busquemos el ahorro de energía, pero aumentando el nivel de servicio; busquemos la eficiencia.
La potencia es sexi.
Una manera sencilla de poner en aprietos a un recién titulado de la rama de ciencias es preguntarle por la diferencia entre energía y potencia. Ojo, la mayoría acertará, pero sorprendentemente, habrá licenciados que tras cuatro años de estudios todavía encuentren difícil explicarlo. Quiero decir con esto que son conceptos que si bien no son difíciles de entender, sí que parece que cueste explicarlos. Voy a asumir el reto de una manera mundana: la potencia es el uso de la energía con prisas.
En efecto, cuando quiero utilizar energía, pero la quiero obtener muy rápido, lo que estoy haciendo es demandar potencia. Que, dicho sea de paso, no es otra cosa que la energía intercambiada por unidad de tiempo. Así, por ejemplo, si un joven llega a casa con poca batería en el móvil lo que va a querer es enchufarlo y tenerlo cargado al cincuenta por ciento en cuestión de minutos. Eso es potencia. De nada le sirve tranquilizar a nuestros zagales asegurándoles que tenemos energía de sobra, que el teléfono se les acabará cargando que simplemente deben tener paciencia. Porque, precisamente ese puede ser uno de los bienes más escasos de la sociedad de hoy en día, la paciencia. Hoy buscamos la inmediatez y la inmediatez es potencia.
Pongamos otro ejemplo. Supongamos que me he comprado un coche eléctrico. Cada vez que voy a repostar lo cargo con la misma cantidad de energía que me proporciona la misma autonomía. Ahora bien, si la carga la hago a alta potencia el tiempo que requiero es menor que si lo hago a una potencia más baja. Y lógicamente hoy en día priman los cargadores de carga rápida, es decir, de alta potencia.
Pues bien, ocurre que la potencia es cara. Es cara porque requiere de un mayor número de activos o de activos de mayor tamaño que van a ser operados durante menos tiempo. Eso complica su amortización. Nadie sensato compraría un Lamborghini para ir de Valencia a Castellón pudiendo hacerlo en un coche más modesto.
¿Dónde quedan las energías renovables?
Se denominan energías renovables todas aquellas fuentes que son capaces de producir energía sin agotar los recursos naturales de que disponemos. El objetivo es cubrir la mayor parte de nuestro consumo con la utilización de dichas energías limpias. Ahora bien, abordar un proyecto de energías renovables tiene sentido únicamente después de haber explotado todas las posibilidades de eficiencia energética de nuestros procesos. Y siempre en ese orden como bien recoge la directiva europea UE2012/27, lo primero es la eficiencia energética. Vale la pena adelantar que los certificados de ahorro energético, CAE, nunca van a contemplar proyectos de eficiencia energética. Tal es el caso de la instalación de paneles fotovoltaicos.
Ya en el siglo pasado había una empresa eléctrica que anunciaba a bombo y platillo “la energía más limpia es la que no se consume”. Hoy estamos más preparados para entender ese mantra.
Temperatura frente a calor
Cualquier cosa que nos rodea irradia calor. Nuestras manos, por ejemplo. La puerta de un coche. Ahora bien, si yo abro la puerta de mi coche en un día de invierno puedo notar la sensación de frío que viene a ser lo mismo que decir que soy yo quién está cediendo calor al coche.
Aquí es donde entra en juego la temperatura. La temperatura refleja el estado de excitación molecular de un cuerpo. Pero a mí lo que me interesa es saber que cuanta más temperatura tiene un cuerpo, más calor cede. Además, hay un principio que se cumple siempre que dice que si junto dos objetos, el cuerpo que está a más temperatura es el que cede calor al otro.
O sea, que la temperatura condiciona cuanto calor voy a emitir. Pero también hay otros factores que influyen en cuánto calor intercambio, por eso hacer una analogía entre temperatura y calor es siempre arriesgado.
Algunos divulgadores han intentado explicar esta diferencia con el concepto de sensación térmica que lo que pretende es que conozcamos si vamos a pasar calor o frío más allá de la temperatura presente en ese momento.
Bibliografia:
Publicación del autor. (2) I´m Power, I´m cool! | LinkedIn
Calor y temperatura. Diferencias entre calor y temperatura: definición, ejemplos, cuadro
Energía renovable y eficiencia energética. Energías renovables y no renovables | Naturgy
Este artículo se ha realizado en el marco de la Resolución de IVACE+i de concesión de una subvención al Consejo de Cámaras de la Comunitat Valenciana, para el fomento de la Sostenibilidad y Desarrollo Sostenible en el año 2024.
¿Eres un patrocinador de soluciones de sostenibilidad y quieres aparecer en este portal?
¿Eres una empresa y no encuentras lo que estás buscando?
Recibe cada dos semanas todas las novedades sobre sostenibilidad empresarial.