Un sistema de etiquetado ecológico permite a las empresas y organizaciones comunicar, de forma normalizada/reglamentada, cómo gestiona y reduce el impacto ambiental de sus productos y servicios. La verificación de una tercera parte (organismo independiente) proporciona confianza en la información suministrada, asegurando el mayor reconocimiento nacional e internacional.
Estos sistemas se emplean en compra pública y privada a nivel global, así como en esquemas de certificación ambiental de edificios. Un sistema de etiquetado ecológico verificable facilita a las empresas la comercialización de sus productos y permite prepararse para futuros cambios en los criterios reglamentarios, de compra pública o privada.
Los beneficios ambientales de un sistema etiquetado ecológicos son evidentes en cuanto que las normas y reglamentos que las regulan a nivel técnico ya suponen e introducen mejoras en el impacto ambiental desde un punto de vista de ciclo de vida o al menos en alguna de sus etapas.
Entre las diferencias actuaciones que están presentes como requisitos en algunos reglamentos y normas específicas para obtener la etiqueta ecológica cabe destacar las siguientes actuaciones y decisiones en el mismo proceso del diseño del producto:
Estas son algunas de las propuestas que aplican las empresas productoras que introducen en el mercado productos con etiquetas ecológicas e incluso alguna de estas propuestas, los comercios pueden implementarlas y así reducir aún más el impacto ambiental asociado al producto.
El primer beneficio ambiental es producir más con menos. La ecoeficiencia genera un beneficio ambiental muy importante.
Reducir, pesos, volumen, kilómetros paseando mercancías, optimizar el uso de materias primas, de agua, energía,…. son generadoras de un gran beneficio ambiental.
El comercio puede ser un gran aliado de este objetivo, proponiendo al cliente la adquisición de estos productos más ecológicos
Los beneficios sociales, son diversos. El sistema de etiquetado ecológico informa a la sociedad en general, donde se encuentran los consumidores, que seleccionan los productos a consumir y con esta elección se asocian a los valores que proponen el fabricante y el comercio que los vende. La corresponsabilidad social es evidente y se pone de manifiesto con esta tipología de productos y servicios. Ser una sociedad más ecológica conlleva directamente un aumento de solicitud de productos ecológicos.
La sociedad se beneficia de todos los beneficios ambientales que se generan por le hecho de consumir productos ecológicos. La reducción de la contaminación, aumenta la calidad de vida de dicha sociedad, respeta el entorno y marco geográfico y el ismo ecosistema donde se encuentra. El consumo responsable necesita de un comercio responsable que propone a sus clientes de productos ecológicos y sostenibles.
Por último, el beneficio económico, es evidente. Indudablemente ser más ecoeficiente supone una reducción de gastos superfluos en las facturas de energía, agua, materias primas, etc…pero también si se optimiza los procesos productivos seguro que se reducirá la generación de residuos y con ello se reducirá la factura de gestión de residuos, …Una tienda o comercio que motivada por la venta de productos ecológicos y optimiza a su vez las luminarias, el sistema de climatización, los materias de envases y embalajes que utiliza para el cliente final, etc.., estará también reduciendo sus facturas de gastos y en consecuencia será más competitivo.
Un comercio que gaste menos energía, menos materiales de envases y embalajes, genere menso residuos, paga menos, reduce costes y es más competitivo…..y reduces impacto ambiental
Y todas estas actuaciones se han de desarrollar en un marco estratégico de actuación no dejándolo a actuaciones inconexas y puntuales. Así también lo propone la U.E. que entre las prioridades de la Estrategia Europa 2020, expuestas en la comunicación de la Comisión de 3 de marzo de 2010 titulada «Europa 2020: Una estrategia para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador», figuran la implantación de una economía competitiva basada en el conocimiento y la innovación, el fomento de una economía con un elevado nivel de empleo que potencie la cohesión social y territorial, y el apoyo de la transición a una economía con bajas emisiones de carbono que utilice eficazmente los recursos. La política de producción ecológica debe por tanto proporcionar a los operadores los instrumentos adecuados no solo para identificar y promover mejor sus productos, sino también para protegerlos de las prácticas desleales. En este sentido le sistema de etiquetado ecológico es una eficaz herramienta de propuesta de nuevos productos de menor impacto ambiental y de comunicación la consumidor de aquellos productos amigable con el medio ambiente y el comercio el lugar donde se debe aunarse la oferta y la demanda de estos productos ecológicos.
Este artículo se ha elaborado en el marco del proyecto de EEN-SEIMED financiado por la Red Enterprise Europe Network, de la Unión Europea.
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