Alinear tu estrategia de negocio con los ODS puede sonar como una tarea titánica y, en cierto modo, lo es.
Sobre todo, si formas parte de una empresa que trabaja con presupuestos ajustados y objetivos comerciales ambiciosos.
Entre mantener la operación a flote y hacer crecer el negocio, ¿de verdad es posible incorporar los Objetivos de Desarrollo Sostenible sin desviarse del camino?
Sí, es posible.
Pero no es tan simple como pegar un logo de los ODS en la web y seguir como si nada.
Aquí viene la parte incómoda. Muchas compañías caen en la trampa del greenwashing sin siquiera notarlo.
En especial, porque adoptan un lenguaje sostenible, pero sus acciones no transforman nada ni producen impacto real.
Pero hay una buena noticia. Existen formas viables, prácticas y adaptadas a tu realidad para integrar los ODS en tu empresa sin perder el foco comercial.
¿Quieres saber cómo lograrlo?
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible o los famosos ODS son una hoja de ruta global, impulsada por la ONU, con una meta ambiciosa, pero urgente: hacer del mundo un lugar más justo, sostenible y habitable antes de 2030.
En total, abordan 17 aspectos. Desde la erradicación de la pobreza hasta la acción por el clima, pasando por la igualdad de género, la educación de calidad y la producción responsable.
Ahora bien, quizás pienses que eso suena muy bien para gobiernos o grandes corporaciones, pero ¿qué tiene que ver con tu negocio?
Muchísimo.
Hoy más que nunca, las empresas que marcan la diferencia no son solo las que venden bien, sino las que entienden su impacto en el entorno.
Porque, en realidad, los consumidores ya no compran solo productos, también compran valores.
Cuando hablamos de alinear tu estrategia de negocio con los ODS, lo primero que suele venir a la cabeza es: “¿Por dónde empiezo con esos 17 objetivos?”.
Y es lógico porque la Agenda 2030 suena ambiciosa.
Por otro lado, es importante que sepas que los ODS no aplican igual a todos los sectores.
La idea está en identificar cuáles son realmente relevantes para tu industria, tu modelo de negocio y tu entorno.
Ojo, no se trata de tachar los ODS como quien rellena una checklist, sino de conectar con aquellos que tienen sentido para tu actividad y tus grupos de interés.
Por ejemplo, si tu empresa está en el sector agroalimentario, seguramente los ODS relacionados con hambre cero, producción responsable, acción por el clima y vida terrestre te van a tocar muy de cerca.
¿Cómo saber cuáles te corresponden? Es importante hacerse las siguientes preguntas:
A partir de ahí, empieza a conectar los puntos. No te dejes llevar solo por lo que suena bonito; enfócate en lo que puedes transformar con tu actividad.
Aquí te dejamos una hoja de ruta realista paso a paso, para que esa integración sea más que un bonito discurso:
No se trata solo de saber que hay 17 objetivos y ya. Se trata de identificar qué desafíos globales abordan y cómo conectan (directa o indirectamente) con tu sector.
Aquí toca hacer un poco de introspección empresarial. ¿Qué está haciendo tu empresa hoy que contribuye o que va en contra de los ODS?
Haz un diagnóstico honesto y revisa tus procesos, políticas internas, cadena de suministro, productos, servicios, relación con la comunidad y huella ambiental.
No tienes que abordar los 17. De hecho, hacerlo sería poco realista.
Así que elige entre 3 y 5 objetivos que estén alineados con la esencia de tu negocio, con tus riesgos y oportunidades.
Aquí es donde muchas empresas fallan. Es por eso que cada ODS que priorices debe convertirse en un plan de acción real.
Para ello, establece metas claras, plazos, responsables y recursos.
Todos los niveles de la empresa deben entender por qué es importante, cómo les afecta y qué pueden aportar.
En todo caso, comunica, forma, motiva. Haz que el propósito sea parte de la cultura interna. Cuando las personas se sienten parte de algo más grande, su compromiso crece.
Lo que no se mide, no se mejora. Por eso, define indicadores para evaluar el impacto de tus acciones y haz un seguimiento periódico.
Y cuando comuniques tus avances, hazlo con transparencia.
Es importante que sepas que este camino no es lineal ni perfecto.
Así que habrá ajustes, aprendizajes, retos nuevos. Pero, mientras mantengas el foco y la coherencia, cada paso suma.
Si vas a alinear tu estrategia de negocio con los ODS, necesitas medir.
Ya que sin datos, todo lo que hagas quedará en buenas intenciones.
Y aunque las intenciones cuentan, en el mundo empresarial lo que realmente pesa son los resultados.
Ahora bien, medir impacto no es lo mismo que llenar informes ni acumular métricas decorativas para la memoria anual.
Estamos hablando de entender, de verdad, si lo que estás haciendo está impulsando un cambio.
Aquí muchas empresas no saben por dónde empezar, qué indicadores usar o cómo traducir sus acciones en datos que hablen claro.
Y algo más: no se trata solo de medir al final del camino.
El seguimiento debe ser continuo. Así puedes ajustar, corregir, escalar lo que funciona y soltar lo que no.
Primero, vale la pena entender que los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) no son una lista de buenas intenciones.
Son una hoja de ruta concreta para transformar tu empresa en una fuerza positiva para el planeta y la sociedad.
Por eso en la web de Negocio Sostenible de Cámara Valencia hay recursos útiles que no se quedan en la teoría. Por ejemplo:
Aquí te enseñan a definir metas específicas, medibles y alcanzables.
Por ejemplo, reducir en un 20 % el consumo de agua en un año o implementar prácticas laborales más justas.
Hay propuestas pensadas para tu escala, como alianzas estratégicas con otras empresas, segmentación de mercado y desarrollo de productos sostenibles.
Además de las guías, hay herramientas concretas que puedes aplicar desde ya:
Si estás buscando inspiración real para alinear tu estrategia de negocio con los ODS, nada mejor que mirar lo que ya están haciendo otras empresas.
Su fundador transfirió la propiedad de la empresa a un fideicomiso y una ONG, asegurando que todas las ganancias se destinen a proteger el planeta.
Además, ha modernizado su flota con vehículos eléctricos y está trabajando para que todos sus empaques sean reciclables o compostables para 2025.
¿Resultado? Menos huella de carbono y más eficiencia logística.
Y sí, también se han comprometido a operar con electricidad 100 % renovable en todo el mundo.
¿Y en Valencia? También hay ejemplos que inspiran
Por eso, su modelo de negocio rompe con el ciclo de “usar y tirar” típico del sector textil. Cada prenda tiene detrás una historia de sostenibilidad y compromiso real.
Apoya proyectos de energía renovable, promueve la inclusión financiera y busca alcanzar cero emisiones netas de carbono para 2050.
Pues bien, ¿por dónde empezar cuando el día a día ya es una carrera contra el reloj?
Ese es el gran reto que enfrentan muchas empresas: quieren ser sostenibles, saben que es imprescindible para crecer en el nuevo mercado, pero no tienen ni el mapa ni la brújula para hacerlo sin desviarse del negocio.
Porque mientras los marcos globales hablan de impacto positivo, tú estás pensando en pagar nóminas, mantener operaciones y responder a clientes.
Y aquí es donde todo cambia.
No se trata de sumar acciones sueltas para cumplir con los ODS.
Se trata de integrar objetivos de desarrollo sostenible de forma coherente, rentable y medible.
Lo importante no es hacerlo todo, sino hacerlo con sentido.
¿Listo para convertir la sostenibilidad en una ventaja competitiva?
Este artículo se ha realizado en el marco de la Resolución de IVACE de concesión de una subvención al Consejo de Cámaras de la Comunitat Valenciana, para el fomento de la Sostenibilidad en el año 2025.
¿Eres un proveedor de soluciones de sostenibilidad y quieres aparecer en este portal?
¿Eres una empresa y no encuentras lo que estás buscando?
Recibe cada dos semanas todas las novedades sobre sostenibilidad empresarial.