
El cambio climático ya no es un problema del futuro. Está aquí, afectando nuestro presente con olas de calor más intensas, desastres naturales impredecibles y un impacto ambiental que pone en jaque al planeta.
Sabemos que reducir la huella ecológica es importante, pero ¿qué pueden hacer las empresas para marcar la diferencia?
En este sentido, surgieron las compañías que han decidido transformar su modelo de negocio para convertirse en agentes de cambio, que no solo buscan beneficios económicos, sino que han hecho de la sostenibilidad su propósito, demostrando que sí es posible crecer sin comprometer el ambiente.
En realidad, su impacto no queda en palabras bonitas o promesas vacías. Son ejemplos reales de que la sostenibilidad no solo es una responsabilidad, sino también una oportunidad para innovar, diferenciarse y conectar con consumidores que buscan marcas con valores auténticos.
Lo primero que debes conocer es que las empresas sostenibles son aquellas que no solo buscan maximizar su beneficio económico, sino también contribuir al bienestar del planeta y de las personas.
De hecho, su impacto trasciende las cifras financieras y su responsabilidad va más allá de las ventas y el crecimiento porque su propósito es claro: aportar valor mientras protegen los recursos naturales, promueven la justicia social y garantizan una gobernanza ética.
Por eso, hoy día son reconocidas en el mundo por sus esfuerzos, iniciativas y compromisos. Algunas de ellas son:
También se ha comprometido a reducir sus emisiones de CO₂ en un 50 % para 2030 y alcanzar la neutralidad en carbono en 2050.
A esto se le suma que ha implementado políticas de eficiencia energética en sus tiendas y almacenes, así como un sistema de recogida de ropa usada en sus establecimientos para promover la reutilización y el reciclaje.
A través de su participación en proyectos de energías renovables y movilidad sostenible, como carreteras solares y bicicletas compartidas, está contribuyendo al desarrollo de un sistema de transporte más eficiente y respetuoso con el medioambiente.
Un punto a su favor es ser pionera en la implementación de la economía circular en el país, trabajando junto a empresas y administraciones públicas para optimizar los procesos de reciclaje y aumentar las tasas de reutilización de envases.
Al mismo tiempo, ofrecen soluciones para la construcción con energía limpia, a través de ventanas solares que ayudan a reducir el consumo energético, lo que representa una gran oportunidad para la construcción de viviendas sostenibles.
Y como parte de sus esfuerzos en la minimización de su propia huella de carbono, ha lanzado seguros ecológicos y productos financieros que favorecen la inversión en energías renovables y en proyectos de sostenibilidad.
Su estrategia está basada en tres pilares: la transición energética, la eficiencia en el uso de recursos y la creación de edificaciones resilientes.
Por lo tanto, anunció que sus objetivos a largo plazo incluyen alcanzar las cero emisiones netas de CO₂ en 2050, y está invirtiendo en biocombustibles, energías renovables y tecnologías de captura de carbono.
Otro aspecto interesante es que ha puesto en marcha iniciativas para reducir el desperdicio de alimentos, así como para mejorar la eficiencia energética en sus fábricas y centros de distribución.
Muchas organizaciones han tomado la iniciativa para frenar los efectos del cambio climático.
No solo están innovando para minimizar su huella de carbono, sino que demuestran que es posible combinar crecimiento económico con respeto por el medioambiente. Lo bueno, es que algunas de ellas son españolas:
Desde su fundación en 2013, ha apostado por una cosmética 100 % saludable, vegana y cruelty free, asegurando que cada producto que llega a las manos de sus clientes esté formulado con ingredientes naturales y libres de sustancias nocivas.
Desde el 2012 empezó a darle un giro a la industria textil apostando por materiales reciclados para crear prendas con los más altos estándares de durabilidad y funcionalidad.
Pero ¿qué la hace diferente? Su enfoque integral. En lugar de ofrecer soluciones aisladas, acompaña a las empresas en cada paso del proceso de transición.
La compañía ha entendido que luchar contra el calentamiento global no es una tarea exclusiva de gobiernos y organizaciones internacionales.
Más que una marca de comida representa un movimiento. Su misión no es solo ofrecer productos plant-based, sino transformar la manera en que nos alimentamos, reduciendo la huella ecológica sin renunciar al placer gastronómico.
Fundada por un equipo de ex colaboradores de marcas como Bershka y Tous, nació con una visión clara: hacer que la moda sea circular y sostenible, utilizando la innovación para transformar lo que antes era desperdicio en un valioso recurso.
Desde sus inicios, la organización se ha propuesto reducir su huella de carbono, logrando disminuir 24.000 toneladas de CO₂ en los últimos cinco años.
Es evidente que las empresas sostenibles no solo están liderando la innovación, sino que también están marcando el camino hacia un futuro más limpio, justo y respetuoso.
Cada una, con sus enfoques únicos, aporta una pieza al rompecabezas de la sostenibilidad y la lucha contra el cambio climático.
Pero, más allá de las grandes corporaciones, también existen pequeñas y medianas empresas que están adoptando estos mismos principios, creando un ecosistema más verde, solidario y consciente de su impacto en el planeta.
Es hora de actuar. Como empresarios, como consumidores, como ciudadanos, todos tenemos un papel que desempeñar. La sostenibilidad no es una tarea de unos pocos, es un esfuerzo colectivo que requiere el compromiso de múltiples sectores.
Este artículo se ha realizado en el marco de la Resolución de IVACE de concesión de una subvención al Consejo de Cámaras de la Comunitat Valenciana, para el fomento de la Sostenibilidad en el año 2025.
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