En los últimos años, la crisis climática ha impulsado una reconfiguración de las prioridades económicas globales. En este contexto, ha surgido el concepto de «política monetaria verde» como una herramienta prometedora para mitigar el impacto del cambio climático y promover la sostenibilidad económica. Esta política se refiere a la utilización de herramientas monetarias, tales como los tipos de interés, la regulación del crédito y la compra de activos, para fomentar inversiones y actividades que apoyen la transición hacia una economía baja en carbono y más sostenible. En este ensayo, exploraremos los principios fundamentales de la política monetaria verde, su implementación, y su potencial para beneficiar la sostenibilidad en términos económicos, sociales y ambientales.
El cambio climático se ha convertido en una amenaza global que afecta todos los aspectos de la economía, desde la producción agrícola hasta la estabilidad financiera. Según el Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), es necesario reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar las peores consecuencias del calentamiento global. Sin embargo, los esfuerzos para mitigar el cambio climático requieren cantidades significativas de inversión, innovación y cambios estructurales, que no pueden ser impulsados solo por políticas fiscales o privadas. En este contexto, los bancos centrales y las instituciones financieras han comenzado a reconocer su papel en la promoción de la sostenibilidad.
Tradicionalmente, los bancos centrales se han centrado en mantener la estabilidad de precios y el crecimiento económico, controlando la inflación y regulando los mercados financieros. Sin embargo, con el surgimiento de la política monetaria verde, estas instituciones están explorando nuevas formas de utilizar sus herramientas monetarias para influir en las decisiones económicas relacionadas con el clima. El Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Inglaterra y el Banco Popular de China son algunos ejemplos de instituciones que han comenzado a integrar consideraciones climáticas en sus estrategias monetarias.
La política monetaria verde abarca una variedad de herramientas y mecanismos que permiten a los bancos centrales promover la sostenibilidad. Entre estas herramientas, destacan:
Ajuste de las tasas de interés verdes: Un enfoque innovador es la utilización de tasas de interés diferenciales para fomentar inversiones en proyectos sostenibles. Esto implica ofrecer préstamos a tasas de interés más bajas para iniciativas que promuevan la sostenibilidad, como proyectos de energía renovable, eficiencia energética o tecnologías limpias. Al mismo tiempo, se podrían aplicar tasas de interés más altas a sectores que contribuyen a las emisiones de carbono, como las industrias intensivas en combustibles fósiles. Este tipo de política incentivaría a los actores económicos a redirigir el capital hacia proyectos sostenibles y a desincentivar las actividades contaminantes.
Operaciones de mercado abierto verdes: En lugar de comprar activos financieros sin tener en cuenta su impacto ambiental, los bancos centrales podrían orientar sus compras de bonos hacia aquellos emitidos por empresas y proyectos que cumplen con criterios de sostenibilidad ambiental. Los «bonos verdes», que financian iniciativas relacionadas con el clima, se han convertido en una opción cada vez más popular. Al favorecer la compra de estos bonos, los bancos centrales pueden reducir los costos de financiamiento de proyectos ecológicos, incentivando a las empresas a invertir en ellos.
Revisión del colateral: Los bancos centrales exigen garantías (colaterales) cuando proporcionan liquidez a las instituciones financieras. En este sentido, pueden optar por aceptar únicamente activos que cumplan con ciertos estándares ambientales o bien reducir el valor de los colaterales vinculados a actividades perjudiciales para el clima. Esto incentiva a los bancos comerciales a priorizar la financiación de activos verdes y sostenibles.
Supervisión y regulación del riesgo climático: El cambio climático representa riesgos financieros significativos. Los eventos climáticos extremos, como huracanes, inundaciones y sequías, pueden dañar gravemente infraestructuras y propiedades, lo que afecta el valor de los activos y la estabilidad financiera. Los bancos centrales y las autoridades reguladoras pueden desempeñar un papel clave en la identificación y gestión de estos riesgos, integrando los riesgos climáticos en sus modelos de evaluación financiera. De esta manera, se puede exigir a las instituciones financieras que evalúen el impacto de sus inversiones y carteras en relación con el cambio climático.
La política monetaria verde ofrece un amplio espectro de beneficios, no solo en términos ambientales, sino también en el ámbito social y económico. Algunos de los impactos positivos más destacados incluyen:
A pesar de sus promesas, la implementación de una política monetaria verde también enfrenta varios desafíos. En primer lugar, los bancos centrales deben equilibrar sus objetivos tradicionales, como el control de la inflación y la estabilidad financiera, con la promoción de la sostenibilidad ambiental. Además, la falta de métricas uniformes y fiables para evaluar el impacto ambiental de los activos financieros puede dificultar la implementación de políticas efectivas. También existe el riesgo de que la política monetaria verde se vea limitada si no se acompaña de políticas fiscales y regulatorias coherentes.
La política monetaria verde representa una oportunidad crucial para que los bancos centrales y las instituciones financieras contribuyan activamente a la lucha contra el cambio climático y promuevan una economía más sostenible. A través de herramientas como las tasas de interés verdes, las operaciones de mercado abierto y la regulación del riesgo climático, los bancos centrales pueden influir en las decisiones de inversión y ayudar a reorientar el capital hacia sectores que apoyen la sostenibilidad ambiental y económica. Aunque su implementación presenta desafíos, los beneficios potenciales de la política monetaria verde son considerables, tanto para mitigar el cambio climático como para promover un crecimiento económico inclusivo y resiliente.
Referencias Bibliográficas
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Este artículo se ha realizado en el marco de la Resolución de IVACE de concesión de una subvención al Consejo de Cámaras de la Comunitat Valenciana, para el fomento de la Sostenibilidad y Desarrollo Sostenible en el año 2024.
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