La movilidad inteligente utiliza el potencial de las nuevas tecnologías para, mediante las nuevas posibilidades de interconexión y gestión de la información, mejorar los servicios y disminuir las externalidades que generan. Las oportunidades observadas con la recolección y análisis de datos de patrones de movilidad en tiempo real (Big data y Cloud) gracias principalmente al desarrollo de las Tecnologías de Información y Comunicación está revolucionando la manera de gestionar la movilidad urbana en la Smart City. Debido a la alta inversión que estos proyectos y las características particulares de cada núcleo urbano, las ciudades suelen introducir proyectos piloto para evaluar su eficiencia y aprender de los errores a lo hora de su implementación a gran escala.
La necesidad de estos proyectos piloto es debido a que la innovación y la introducción de nuevas soluciones va de la mano del surgimiento de nuevos problemas, los cuales deben ser paliados y minimizados antes que se conviertan en un problema real a gran escala (pérdida de privacidad, brecha tecnológica, consumo energético de sensores (IoT), entre otros que irán apareciendo). Sin embargo, ya existen proyectos que están empezando a funcionar en diferentes ciudades.
La concienciación ciudadana por habitar en un entorno más sostenible y respetuoso con el medio ambiente es un hecho, como también lo son las normativas dirigidas a reducir las emisiones nocivas para las personas. En este contexto empezaron a surgir los vehículos eléctricos como máxima expresión de la movilidad sostenible. De hecho, según fuentes del EEA (European Environment Agency), la integración del vehículo eléctrico será del 50% en 2030 y del 80% en 2050, y representará un aumento de la demanda aproximado del 10% de media en los países de la UE para 2050. Esto supondrá un reto desde el punto de vista de la infraestructura de carga y desde el punto de vista de la infraestructura eléctrica en cuanto a viabilidad técnica para asegurar la integración del VE en la red.
Adicionalmente, a sus reconocidos beneficios medioambientales, los vehículos eléctricos a través de la gestión inteligente de la infraestructura de recarga correspondiente pueden aportar beneficios económicos, técnicos y operacionales tanto a la instalación o a la comunidad energética donde esté integrada como al conjunto del sistema eléctrico. En particular, la recarga inteligente junto con la recarga bidireccional (V2G, V2H) permite transformar a los vehículos eléctricos en sistemas de almacenamiento dinámicos capaces de proveer servicios de respuesta de la demanda y de flexibilidad.
En las redes de distribución, un control erróneo de la tensión y una inapropiada carga de los transformadores conlleva una ineficiente operación de la red y puede conllevar fallos en los equipos conectados a la red y en la propia red. La carga de Vehículos Eléctricos (VE) puede ser controlada en beneficio de la tensión y carga de la red en un determinado momento. Para reducir el efecto negativo en la red de la carga simultánea de una gran cantidad de vehículos eléctricos se puede utilizar la recarga inteligente.
Actualmente, centros tecnológicos como el Instituto Tecnológico de la Energía (ITE), va un paso más allá, apostando por la recarga inteligente de VEs. En sus instalaciones cuenta con un laboratorio de recarga inteligente como resultado del proyecto IMOLAB y actualmente, con TRINITYS “se busca armonizar y estandarizar los diferentes criterios de interoperabilidad, de manera que un usuario de VE podrá cargar en cualquier estación de carga pública. Con esta línea de trabajo, se facilita la recarga de los VEs y se favorece la apuesta de los conductores por adquirir/utilizar vehículos eléctricos. Además, en cuanto a la armonización de las comunicaciones en materia de movilidad eléctrica, ITE es empresa miembro y colaboradora de la Open Charge Alliance (OCA), contando con la certificación oficial de la OCPP 1.6 tanto de cliente como del servidor, y convirtiéndose en una de las 11 empresas de todo el mundo en obtener la certificación de la OCPP 2.0.1 CSMS”, apuntan los expertos en Comunicaciones del ITE.
Gracias a que la recarga inteligente permite realizar la carga de una manera programada añadiendo inteligencia al balance de las cargas, se remodela la curva de carga, moviendo la demanda a periodos más favorables, por lo que la recarga inteligente es clave para la adopción del despliegue de la infraestructura de recarga prevista y necesaria para una transición energética real.
La movilidad inteligente es uno de los seis ámbitos que articulan el concepto de Smart City, con capacidad para reducir el impacto ambiental del transporte en las ciudades, a través de distintos medios como la reducción del tráfico motorizado y las congestiones, o el cambio de comportamientos que favorezca una movilidad activa de los ciudadanos, entre otros. En definitiva, sin una interoperabilidad real y un acceso a los datos estandarizado no será posible acelerar la adopción de los vehículos eléctricos y la infraestructura de carga en todo el mundo.
Este artículo se ha realizado en el marco de la Resolución de IVACE de concesión de una subvención al Consejo de Cámaras de la Comunitat Valenciana, para el fomento de la Sostenibilidad y Desarrollo Sostenible en el año 2023. Energía.
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