En 2023, tres informes apoyados por el PNUMA ha puesto de manifiesto la magnitud de la crisis climática y ha ofrecido a los responsables políticos una serie de posibles soluciones.
El Informe del PNUMA sobre el desfase en la adaptación reveló que los países en desarrollo necesitan dedicar entre 215.000 y 387.000 millones de dólares al año para hacer frente a los fenómenos meteorológicos extremos, la subida del nivel del mar y otros trastornos climáticos. El gasto actual es sólo una fracción de esa cifra.
El PNUMA ha revelado que, según los compromisos actuales de los gobiernos en relación con el clima, la Tierra va camino de calentarse entre 2,5 °C y 2,9 °C este siglo, muy por encima de los objetivos del Acuerdo de París. Para mantener el calentamiento por debajo de 1,5 °C, un objetivo clave de París, el mundo tendrá que reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero en un 42% para 2030.
Además, el Informe sobre la Brecha de Producción, elaborado por el PNUMA y sus socios, reveló que los Estados planeaban producir más del doble de combustibles fósiles de lo que sería coherente con la limitación del calentamiento global por debajo de 1,5 °C.
Con todo esto, surge la pregunta: ¿los estados miembros de la ONU, van a poder cumplir los compromisos que han ido comprometiéndose en los plazos pactados?
El 12 de diciembre de 2023, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), en Dubai, llegó a su fin con una declaración histórica: los negociadores de casi 200 Partes se reunieron para tomar la decisión de intensificar la acción climática antes del final de la década (2020-2030) con el objetivo primordial de mantener el límite de temperatura global de 1,5 ºC al alcance de la mano y, al mismo tiempo, aumentar rápidamente la producción de energías renovables.
Aunque la Directora Ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, afirmó que el acuerdo «no es perfecto», expresó un cauto optimismo. «El mundo ya no niega que los seres humanos tengamos una adicción nociva a los combustibles fósiles. Sabemos lo que hay que hacer».
Por último, en la COP28 se puso en marcha el Fondo de Pérdidas y Daños, que ayudará a las comunidades vulnerables al clima de los países en desarrollo a hacer frente a las consecuencias del cambio climático.
El mundo ha acogido con cautela una decisión histórica, denominada «Balance Mundial», por la que casi 200 países se comprometen a alejarse de los combustibles fósiles, un avance que se produjo en las últimas horas previas al cierre de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28).
El texto final, publicado el 13 de diciembre, eludió instar a la «eliminación progresiva» del carbón, el petróleo y el gas, como esperaban muchos países. Sin embargo, sí estipulaba la triplicación de las nuevas inversiones en energías renovables y el «alejamiento progresivo» de los combustibles fósiles en los sistemas eléctricos. Era la primera vez que una decisión final de la COP señalaba a los combustibles fósiles, cuya combustión es, con amplia diferencia, la principal causa de la crisis climática.
Tal y como se indica en la edición de 2023 del Informe sobre la Brecha de Emisiones, publicado en la antesala de la COP28, las emisiones deben reducirse en un 42% de aquí a 2030 para limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales.
Para conseguirlo, 27 países se comprometieron con la iniciativa «Buildings Breakthrough», y más de 60 se sumaron al «Global Cooling Pledge» y al «Compromiso Mundial sobre el Metano».
Se publicaron varios informes:
El Informe «¿Qué se está cocinando a fuego lento?», del PNUMA se puede consultar en:
Este artículo se ha elaborado en el marco del proyecto de EEN-SEIMED financiado por la Red Enterprise Europe Network, de la Unión Europea. 2023.
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