Tal y como decía Zygmmunt Bauman, estamos o vamos hacia una sociedad líquida. Este concepto pasa por nuestras relaciones sociales y también por nuestro entorno laboral. Quizá no lo has oído nunca, pero puedes imaginar de qué hablamos cuando decimos trabajo líquido.
El trabajo líquido podría ser un sinónimo de trabajo flexible, personalizado… pero va un paso más allá. Al decir flexible nos imaginamos que es un trabajo que opera con un gran número de normas pero que algunas de ellas, las pactadas previamente, están sujetas a cambios puntuales. Lo mismo ocurre si hablamos de trabajo personalizado.
Pero el trabajo líquido simplemente no opera del mismo modo. El trabajo líquido consiste en que cada momento es fluido, no existen unos estándares previos, aunque sí unos objetivos y metas, claro. Pero la forma de llegar hasta estas metas son variadas e infinitas. De hecho, son tantas como personas quieran llegar hasta esa meta.
En el trabajo líquido se miden los logros y no la cantidad de horas que pasas en la silla de tu oficina ni la cantidad de operaciones que haces o emails que envías. Interesante, ¿verdad?.
Las principales características del trabajo líquido son: la digitalización, la movilidad y los horarios flexibles.
El inicio de la pandemia parecía no traer más que desgracias y desastres, sin embargo, hay algunos aprendizajes y ventajas pudimos extraer; la mayoría de españoles descubrieron que el teletrabajo junto a otros cambios, podrían ser muy útiles.
Cambios en los horarios, flexibilidad en la hora de entrada, teletrabajo o teletrabajo mixto, reuniones por videollamada, creación de grupos, nuevas formas de gestión, metas clarificadas, cooperatividad, compañerismo…
No hace falta mencionar las ventajas que trajo la pandemia en el entorno laboral, las conocemos.
Toda esta demanda de cambio hizo aparecer el concepto de trabajo líquido que se basa en la libertad del empleado en base a tres pilares fundamentales:
Por supuesto, los trabajos y rpoyectos tienen una fecha, y siempre y cuando se entreguen en dicho momento, no importa cuándo desarrolles tu actividad. Si eres una persona nocturna, seguro que te resulta ventajoso.
¿Por qué ibas a tener que acudir al mismo lugar de trabajo cada día?, ¿por qué no puedes trabajar en un parque o en una cafetería?, ¿por qué no trabajar desde el hogar de tu infancia y pasar unos días con tus padres?, ¿o por qué no ir a visitar el pueblo de tu pareja una semana? siempre y cuando lleves tu ordenador contigo, puedes cambiar de lugar, de entorno y de personas.
La digitalización es la base sobre la que descansan las dos primeras. Sin una empresa digitalizada las dos anteriores no son posibles. Pero además, la digitalización trae consigo otras ventajas como mejores formas de organización, de planificación, de almacenamiento, de comunicación…
Por supuesto, una vez hemos probado esta manera de trabajar, aunque fuera solo durante unos meses o un año, no queremos volver atrás. Además, las compañías también se han dado cuenta de que la productividad y el crecimiento son semejantes o superiores.
Para que las compañías se terminen de decidir deben conocer todas las ventajas que trae a los empleados el trabajo líquido. Al fin y al cabo, unos empleados felices son unos empleados productivos, responsables y comprometidos, lo que redunda en la propia felicidad y crecimiento de la empresa.
Ya no hay puestos estancos, sino que el empleado evoluciona y crece asumiendo nuevas tareas, retos, responsabilidades… abre la oportunidad de que los mejores promocionen con más sencillez.
A su vez, si ya no existen barreras geográficas es más fácil que la empresa se haga con lo mejor de lo mejor. Si el empleado que buscas está a cientos de kilómetros no hay problema, puede ser tuyo.
Sin alquiler de la oficina, sin pagar agua o luz… todo son ventajas.
Ahorrar en gastos te permite contar con mayor fluidez de dinero o cashflow y pagar mejor a tus empleados más activos e innovadores. Todo para retener el talento.
La pandemia y la digitalización ayudaron a crear nuevas formas de organización personal, interdepartamental, etcétera. Lo mismo ocurrió con la comunicación, se abrieron nuevos canales y muchos de ellos más efectivos.
Puede parecer complicado, al fin y al cabo, no todas las empresas durante la pandemia cerraron las oficinas o lograron éxito en la implantación del teletrabajo.
Pero hay quien está dispuesto a echar una mano, por ejemplo la empresa Lexington, que fue la primera compañía del sector de trabajos flexibles en España, ofrece oficinas en Madrid y Barcelona adaptadas a las necesidades de cada proyecto y situación.
Imágenes: Unsplash y Freepik
Guia pràctica sobre Comunitats Energètiques Locals (CEL) | OFICINA SOSTENIBILIDAD CÁMARA VALENCIA
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