¿Sabías que la economía global va a perder 19,35 billones de euros hasta 2050 por la desertificación?
Es más, Asia y África son los continentes que acumularán los mayores daños, los cuales están estimados en 84.000 y 65.000 millones de euros respectivamente.
A nivel global, más de 169 países están afectados por la degradación del terreno, por las sequías o por ambos problemas y hasta la fecha, solo 116 se han comprometido a trabajar para detener la desertificación dentro de los objetivos de desarrollo de la Agenda 2030 de ONU.
La organización lucha contra la desertificación desde 1994 y la define como el proceso de degradación de las tierras en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas debido a las acciones climáticas y humanas.
Dichos factores no han hecho sino multiplicarse y en la actualidad están considerados uno de los principales problemas ambientales del planeta.
Al respecto, la Convención de Lucha contra la Desertificación de la Organización de Naciones Unidas la ha definido como “el proceso de degradación del suelo resultante de factores como las variaciones climáticas o las actividades humanas”.
El fenómeno implica la pérdida de suelos fértiles y la problemática de los ecosistemas de cumplir con su función reguladora para suministrar bienes y servicios.
Las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas resultan las más susceptibles de experimentar el efecto de desertificación.
Con respecto a Europa, España es el país con más riesgo de sufrir desertificación, ya que alrededor del 75 % del territorio está en grave peligro y un 6 % ya se ha degradado de forma irreversible, específicamente la vertiente mediterránea, la andaluza y las islas Canarias.
De allí que las previsiones de cambio climático para el país no son muy positivas porque los lapsos de sequía son cada vez más frecuentes e intensos.
En este sentido, la ONU ha asegurado que cada año desaparecen más de 24.000 millones de toneladas de suelo fértil, lo que se traduce en que dos tercios de la Tierra están sufriendo la desertificación.
Si en el 2050 no se toman las medidas necesarias, se perderán 1,5 millones de km² de tierras agrícolas, una superficie similar en extensión a todas las áreas cultivables de la India, tan esenciales para sostener la biodiversidad y alimentar a la población.
La degradación de la tierra afecta a más 3.200 millones de personas en todo el mundo, impidiéndoles disfrutar de una vida cómoda y tranquila.
Las causas y efectos de la desertificación se registran por una serie de elementos que explicaremos a continuación:
Los efectos de la desertificación han ocasionado daños en el ecosistema y en las personas que viven en suelos destruidos.
También tiene impacto en la pobreza, la sostenibilidad, el medioambiente y la nivelación de la economía de las personas. Y más allá, ya que el hábitat está perdiendo su equilibrio, lo que aumenta la desaparición de especies de animales, vegetales y de suelos fértiles productivos, está alterando los recursos naturales.
A su vez, está disminuyendo la producción agrícola y aumenta la inseguridad alimentaria. En sí, los efectos de la desertificación más comunes son:
Impacto negativo sobre el desarrollo sostenible y la calidad de vida de las personas.
¿Cuáles son las consecuencias sobre el sistema económico de los países?
En efecto, el fenómeno de degradación de suelos, dependen de varios factores que varían según la región, el país y el año.
Por ejemplo, la gravedad de la degradación y su extensión, la dureza de las condiciones climáticas, la situación económica de las poblaciones afectadas y el nivel de desarrollo de la nación.
Cuanto más alto es el grado de pobreza de la población, más graves son las consecuencias, incluso puede llegar a hipotecar el futuro del país.
Es más, al limitar las posibilidades que brinda la naturaleza, la desertificación reduce la producción y obliga a la población a hacer lo que puede para sobrevivir.
En esos impulsos de sobrevivir, la población aumenta la explotación de las riquezas naturales más accesibles. También las naciones liquidan todos los recursos que tienen para resolver las necesidades monetarias que acarrean el desarrollo, tal es el caso de las escuelas, atención médica, pagos por el mantenimiento de bombas de agua o de una crisis alimentaria.
Asimismo, se multiplica la emigración rural, ya que los varones adultos o los jóvenes de ambos sexos migran en busca de trabajo a otras regiones del país.
Estas acciones llevan a la ruptura de la comunidad y a veces de la familia. Como ya sabes, las personas que tratan de sobrevivir en condiciones adversas se encierran en sí mismas y empiezan a comportarse de forma individualista, actitud que puede causar conflictos entre entornos étnicos, familias o individuos.
Por último, la desertificación empeora las consecuencias de las catástrofes climáticas, tal como las sequías y las guerras.
Todo esto, debilita aún más las economías de los países en desarrollo, en especial cuando la desertificación ocupa la mayor parte del territorio.
Por ejemplo, los países africanos de las zonas áridas, semiáridas y secas subhúmedas son vulnerables a la desertificación y los que más sufren sus consecuencias.
La economía de estos países no logra romper el ciclo con la pobreza que los obliga a encarar las situaciones de urgencia asumiendo deudas cada vez más altas que llevan a hipotecar toda posibilidad futura de inversiones productivas.
Las soluciones a escala mundial para disminuir la desertificación es gestionar de manera sostenible los recursos naturales, en especial la conservación de los suelos fértiles y de los recursos hídricos.
En ese sentido, algunas de las acciones que pueden ayudar a revertir la desertificación son:
De ahí que si quieres que las generaciones futuras tengan un planeta sostenible, debemos proteger los ecosistemas.
La clave para solucionar la problemática de la desertificación es impulsar una agricultura sostenible que se adapte al clima seco, típico de las tierras degradadas, para asegurar el acceso al agua.
Las poblaciones que habitan en zonas afectadas por la desertificación están experimentando la urgencia de modificar su vida.
Aunque las causas de la desertificación son diversas, la mayoría están impulsadas por el cambio climático y la explotación insostenible de los recursos naturales.
De Ahí que sigue siendo responsabilidad del ser humano evitar que la desertificación se convierta en un problema todavía más grande.
Este artículo se ha realizado en el marco de la Resolución de IVACE de concesión de una subvención al Consejo de Cámaras de la Comunitat Valenciana, para el fomento de la Sostenibilidad y Desarrollo Sostenible en el año 2023.
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