El cambio climático es una realidad. Después de décadas negando la evidencia científica el aumento de la contaminación ha dado lugar a grandes desastres meteorológicos. Todo el planeta es consciente de los efectos que el ser humano está provocando en el planeta, pero solo unos pocos países han adquirido un compromiso real para frenar sus efectos.
El acuerdo de París fue un grito de socorro, la llegada del último tren para poner rumbo al fin del cambio climático.
En 2016 entró en vigor el acuerdo de París para evitar el cambio climático. Un total de 195 países sentaron las bases, pusieron sobre la mesa los cambios que deberían producirse para salvar a la humanidad. El planeta estaba mostrando signos de una grave enfermedad, el cambio climático era una realidad que se debía combatir. Los objetivos de este acuerdo eran:
Este calentamiento global que se ha acelerado durante las últimas décadas como consecuencia de un aumento de Co2 ha provocado el deshielo de los casquetes polares y cambios en el clima de todo el planeta. Limitarlo es un paso clave para frenar este proceso, volver a la preindustrialización es el punto clave.
Para salvar el planeta las emisiones deben reducirse al máximo. Conseguirlo depende de cada país, de los incentivos para fomentar unas emisiones limpias que sean capaces de ponerle freno a este envío masivo de elementos contaminantes al medio ambiente.
Sobre estos dos ejes se construían una serie de políticas adaptadas a cada país.
Las empresas son el tejido productivo de un país. Desde la más pequeña, hasta la más grande, dejan una huella en el medio ambiente. Ellas son las encargadas de empezar esta revolución verde. Desde adoptar pequeños cambios, hasta servir de ejemplo para la sociedad. Nuevos sectores que aparecen, el auge de las renovables o de la digitalización llega con mucha fuerza.
La misión de las empresas se ve afectada desde una reducción de papel, un cambio de bolsas de plástico por biodegradables o de tela, hasta un sistema energético eficiente en la oficina. El premio por este cambio en el corazón de una empresa está en los incentivos fiscales o en las ayudas a determinados sectores. La reconversión o el cambio de vehículo por aquellos que sean de cero emisiones es uno de los ejemplos más evidentes.
Aprovechar estas ayudas no solo para cambiar el vehículo de la empresa o instalar un sistema de ahorro energético, sino dando un paso más. Estas reducciones que llegan a base de subvenciones permiten ahorrar en la factura energética e invertir ese ahorro en la propia empresa. Es una retroalimentación que todo empresario debe comprobar.
No todos los países han sufrido los efectos del cambio climático de la misma manera. Tampoco han decidido aplicar las mismas medidas. La política influye, de igual forma que la sociedad en la que se gesta esta revolución verde necesaria. El cambio climático pide reacciones masivas en estos países, el bien de la humanidad, pero también la salud de sus habitantes está en juego.
Japón es uno de los países que vive el cambio climático en primera persona. Esta isla ha sufrido durante los últimos años terremotos, tsunamis y crisis climáticas sin precedentes. Para la supervivencia de su población es esencial.
Alemania sufre el aumento de la temperatura. La agricultura alemana se vio afectada en 2018 por una de las peores crisis de su historia. Las altas temperaturas destruyeron cosechas enteras y dejaron al país ante la evidencia más clara del cambio climático.
La India es una de las fábricas del mundo que más ha notado el cambio climático. Miles de personas murieron como consecuencia de los desastres meteorológicos que azotaron este país. Las migraciones climáticas han hecho desaparecer pueblos y ciudades enteras en las que no se puede vivir.
Estos son uno de los países más afectados por el cambio climático, pero no son los únicos, directa o indirectamente todos notamos sus efectos.
Luchar contra el cambio climático es una obligación de cada habitante del planeta Tierra. Todos notamos los efectos de estas crisis medioambientales que afectan a distintas zonas del planeta. Asegurar los recursos suficientes para un futuro próspero, evitar la destrucción de ciudades o poblaciones enteras, es posible.
Aún estamos a tiempo de revertir los efectos del cambio climático. Las empresas y la población en general deben ser capaz de concienciarse. Una mariposa que bate sus alas en la otra parte del mundo puede hacerse notar. Todos somos uno en una batalla que acaba de empezar.
¿Eres un patrocinador de soluciones de sostenibilidad y quieres aparecer en este portal?
¿Eres una empresa y no encuentras lo que estás buscando?
Recibe cada dos semanas todas las novedades sobre sostenibilidad empresarial.