Frente al cambio climático, el aumento de los precios de la energía y la preocupación por la seguridad del suministro, las fuentes de energía renovables, como la eólica y la solar, parecen erigirse en una forma obvia de avanzar. ¿Qué haría falta para transformar el actual sistema energético europeo en uno basado en fuentes renovables?.
La AEMA, plantea esta pregunta y propone una vía de actuación para poder dar respuesta a esta crucial pregunta.
La guerra en Ucrania, sus consecuencias para el suministro energético mundial y especialmente para la UE, y el empeoramiento de los efectos del cambio climático han copado los titulares de los periódicos de este año en todo el mundo. Hemos leído noticias sobre la volatilidad de los precios mundiales de la energía, la preocupación por la escasez de energía en invierno y las sequías históricas que afectan a la producción agrícola en un momento en que los precios de los alimentos ya estaban subiendo.
Estos problemas están interrelacionados. Si pudiéramos sustituir los combustibles fósiles por unas energías renovables suficientemente abundantes, reduciríamos los precios de la energía, recortaríamos las emisiones y mitigaríamos los riesgos futuros del cambio climático, incluidas las repercusiones en la producción de alimentos.
En definitiva, el futuro energético de Europa basado en las energías renovables es una visión ambiciosa y necesaria para enfrentar los desafíos del cambio climático, la seguridad energética y el desarrollo sostenible. Esta transición no solo transformará la manera en que Europa produce y consume energía, sino que también ofrecerá oportunidades económicas, mejorará la salud pública y fortalecerá la cohesión social. A continuación, se presentan los elementos clave que delinearán este futuro energético renovable en Europa.
El primer paso hacia un futuro basado en energías renovables es transformar la matriz energética europea, aumentando la proporción de energía procedente de fuentes renovables.
– Energía Solar y Eólica: La energía solar y la eólica serán las columnas vertebrales de este futuro. La expansión de parques solares y eólicos, tanto terrestres como marinos, permitirá un suministro constante y creciente de energía limpia.
– Diversificación de Fuentes: Además de solar y eólica, otras fuentes como la energía hidroeléctrica, la geotérmica y la biomasa jugarán roles importantes para garantizar la estabilidad y la diversificación del suministro energético.
En 2021, según EUROSTAT, más del 22 % de la energía final bruta consumida en la UE procedió de energías renovables. Sin embargo, la proporción de energías renovables en el mix energético varía considerablemente en la UE: en Suecia es de alrededor del 60 %; en Dinamarca, Estonia, Finlandia y Letonia, de más del 40 %; y en Bélgica, Hungría, Irlanda, Luxemburgo, Malta y los Países Bajos, de entre el 10 % y el 15 %.
Las tecnologías emergentes y la digitalización serán fundamentales para optimizar la generación, distribución y consumo de energía.
– Redes Inteligentes: Las redes eléctricas inteligentes facilitarán la integración de fuentes renovables intermitentes, mejorando la estabilidad y eficiencia del sistema eléctrico mediante el uso de sensores y algoritmos avanzados.
– Almacenamiento de Energía: El desarrollo y despliegue de tecnologías de almacenamiento, como baterías de litio, almacenamiento térmico y soluciones de hidrógeno verde, serán cruciales para manejar la intermitencia de las renovables y asegurar el suministro en todo momento.
La transición hacia un futuro renovable también implica descarbonizar sectores clave como el transporte y la industria.
– Vehículos Eléctricos: La electrificación del transporte, mediante el uso de vehículos eléctricos y la expansión de la infraestructura de carga, reducirá significativamente las emisiones de gases de efecto invernadero.
– Industrias Limpias: La implementación de tecnologías limpias y procesos industriales más eficientes, como el uso de hidrógeno verde en la producción de acero y químicos, ayudará a descarbonizar sectores industriales intensivos en energía.
El apoyo gubernamental es esencial para la transición hacia un sistema energético renovable.
– Ayudas y Financiación: La provisión de subsidios, incentivos fiscales y financiamiento favorable para proyectos de energías renovables impulsará la inversión y el desarrollo en este sector.
– Regulaciones Ambientales: Establecer objetivos ambiciosos de reducción de emisiones y normativas estrictas de eficiencia energética obligará a las industrias y a los consumidores a adoptar prácticas más sostenibles.
El éxito de la transición energética dependerá en gran medida de la participación de la sociedad.
– Concienciación y Educación: Promover la educación y concienciar a la población sobre los beneficios de las energías renovables y la eficiencia energética fomentará un cambio cultural hacia prácticas más sostenibles.
– Participación Comunitaria: Fomentar la participación de las comunidades locales en proyectos de energías renovables, como cooperativas solares y eólicas, fortalecerá la aceptación social y el compromiso con la transición energética.
Un futuro basado en energías renovables no solo beneficiará al medio ambiente, sino que también traerá ventajas económicas y sociales.
– Creación de Empleos: La expansión del sector de energías renovables generará una gran cantidad de empleos en la instalación, operación y mantenimiento de infraestructuras energéticas.
– Reducción de Costes Energéticos: La disminución de la dependencia de los combustibles fósiles y la inversión en tecnologías eficientes reducirán los costes energéticos a largo plazo, beneficiando tanto a consumidores como a empresas.
La diversificación de las fuentes de energía y la descentralización de la producción energética aumentarán la resiliencia y la seguridad energética de Europa.
– Independencia Energética: Reducir la dependencia de las importaciones de combustibles fósiles mejorará la seguridad energética y la independencia geopolítica de Europa.
– Resiliencia ante Crisis: Un sistema energético basado en múltiples fuentes renovables distribuidas será más resiliente ante crisis y desastres naturales, garantizando un suministro continuo de energía.
Conclusión
El futuro de Europa basado en las energías renovables representa una transformación fundamental hacia una economía baja en carbono, resiliente y sostenible. Este camino no solo ayudará a mitigar el cambio climático, sino que también impulsará la innovación, la creación de empleos y la cohesión social. La combinación de políticas ambiciosas, avances tecnológicos, y la participación de la sociedad serán esenciales para alcanzar esta visión y asegurar un futuro próspero y sostenible para Europa.
Este artículo se ha elaborado en el marco del proyecto de EEN-SEIMED financiado por la Red Enterprise Europe Network, de la Unión Europea. 2.023.
Informe de Sostenibilidad 2023 | ECOVIDRIO
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