La ropa y en especial los bolsos y los zapatos son grandes consumidores de la piel de determinados animales. Hermès hasta la fecha ha sido famosa por usar entre sus diseños materiales de primera calidad, pieles tratadas para durar casi para siempre. Este hecho le ha dejado fuera de algunos de sus productos a cada vez más personas comprometidas con el medio ambiente. 

La marca de lujo se reinventa con un producto que cambiará para siempre el escaparate de sus tiendas, un bolso hecho con cuero procedente de hongos.

El consumo de cada ser humano ha variado a lo largo de los años y de las décadas. Cada vez se compra más y en algunos casos peor. Las prendas o los complementos tienen un ciclo de vida corto, cada semana o cada mes salen nuevas colecciones en las principales low cost del momento. Las grandes marcas no son una excepción, pese a tener una producción más limitada, cada temporada crean y venden nuevas colecciones.

Este hecho supone una inversión enorme en materia prima que puede marcar la diferencia. Gracias a los pasos que se han realizado en las últimas décadas, en especial a principios de este siglo, la sostenibilidad es cada vez una realidad que llega a más firmas. Hermès es la primera especialista en complemente que crea un bolso con hongos. Toda una revolución a la que le seguirán otras firmas. El camino empieza a estar transitado y la realidad de lo eco se impone ante un mundo donde cada vez se produce más, pero quizás también mejor.

El mítico bolso Victoria de Hermès será el primero en tener una versión vegana para las seguidoras de la marca que apuesten por un producto sin sufrimiento animal. La startup MykoWorks es la responsable de proporcionar la materia prima a los artesanos de la marca, un cuero vegano hecho con hongos.

Esta novedad puede sorprender a más de uno, a simple viste nadie pensaría que ese bolso forma parte de una colección vegana. La piel sintética llamada ‘Sylvania’, se obtiene a partir de partes del hongo que son tratadas para extraer sus fibras naturales.

El llamado ‘Micelio Fino’ es el proceso que da lugar a una pieza de cuero que posteriormente se tiñe del color que marca el cliente. A partir de aquí Hermès ha optado por adaptarlo al bolso Victoria, uno de los grandes éxitos más demandados desde que se creó en 1997. Un bolso hecho con hongos que ya es tendencia entre las expertas en moda y amenaza con formar parte de los armarios de las principales estrellas de Hollywood. Su precio no lo hace accesible a todos los bolsillos.

El bolso Victoria de Hermès ha tardado tres años en hacerse, el cuerpo vegano tiene un proceso de fabricación costoso, pero eso no quiere decir que se deba renunciar a él, sino todo lo contrario. Este primer paso puede incentivar la creación de nuevas empresas destinadas a ofrecer una materia prima de calidad con el mínimo tiempo posible. De esta manera se conseguirá instalar la ansiada conciencia ecológica en este sector productivo.

Conseguir que la moda sea ecológica ya es una realidad para las low cost que cada vez más usan algodón orgánico en sus diseños, es el caso de Mango, por ejemplo. Pero en cuanto a grandes marcas se refiere, el sector de las pieles de calidad sigue muy presente. En especial la bovina y la caprina o incluso las más exóticas. Este proceso de fabricación puede cambiar en la medida que se consiga una producción de cuero vegano a la altura de los grandes bolsillos. 

Adidas tiene una colección de zapatillas hechas con cuero vegetal. Las zapatillas deportivas son otras de las que se suponen un uso indiscriminado de las pieles de animales. El hecho de que una de las marcas por excelencia haya sido capaz de crear una versión vegana es un paso muy importante. En el caso de Adidas son totalmente accesibles, se venden por menos de 50 euros y son un éxito de ventas.

Gucci y Armani son dos grandes marcas que han manifestado su compromiso prescindiendo en sus colecciones de pieles auténticas. En la industria de la moda sostenible este paso es importante. Los grandes marcan el camino para que el resto de la sociedad siga su camino hacia ese mundo en el que ningún animal sufra las consecuencias del sobre consumo del ser humano.

Este artículo se ha realizado en el marco del programa SocializaRSE 21, financiado por la Conselleria de economía sostenible, sectores productivos, comercio y trabajo de la Generalitat Valenciana.