La ecoeficiencia define un marco conceptual en el cual desarrollar nuevas prácticas empresariales y modelos de negocio que permitan compatibilizar el desarrollo económico con la conservación del medio ambiente. Este módulo comienza con una breve descripción de la evolución del factor ambiental en las políticas tanto gubernamentales como empresariales. Este recorrido histórico nos permitirá el nuevo enfoque de la ecoeficiencia y cómo esta herramienta es capaz de aportar soluciones ante el escenario actual y futuro al que nos enfrentamos.
El World Business Council for Sustainable Devellopment (WBCSD), principal promotor de la idea a nivel mundial resume los objetivos estratégicos en una lista de 7 reglas básicas que se habrían de tomar en consideración en la búsqueda de oportunidades para la Eco-eficiencia:
Las tres primeras se dirigen a mejorar la eficiencia con que se transforman y utilizan los recursos en los procesos productivos y a la prevención de impactos ambientales adversos. El resto apuntan hacia las oportunidades en los ámbitos de diseño y marketing de producto.
De antemano hay que resaltar que, el elemento más importante es la comunicación: Identificar y descubrir los potenciales para la ecoeficiencia está estrechamente vinculado a una interrelación intensa y sinérgica entre los diferentes ámbitos de la empresa.
Un funcionamiento meramente aditivo de lo que se va haciendo en los diferentes departamentos y/o el conocido espíritu de recelos entre determinados ámbitos, no darían lugar a ideas e iniciativas realmente innovadoras. Y este potencial de innovación es una de las características más importantes del concepto de la ecoeficiencia.
La clave de las oportunidades está en todos los eslabones de la cadena de producto: suministro, producción, uso, servicio y post-uso. He aquí algunas pautas:
Reorganizar Procesos
Acciones preventivas para la producción limpia enfocando y priorizando el ahorro de recursos y la reducción de la contaminación y de riesgos, consiguiendo con ello una doble reducción de gastos: ahorro en materias primas, materias auxiliares, agua, combustible, etc. y ahorro en costes de gestión de residuos, cánones de vertidos, etc.
Revalorizar productos secundarios
En zonas y polígonos industriales se pueden detectar muchas posibilidades para convertir residuos en subproductos vendibles a otras empresas que los usan como materia prima u, oportunidades de comprar o vender a buenas condiciones energía residual (calor, vapor).
Rediseñar productos
Los departamentos de desarrollo de producto y el de compras tienen una posición clave. La inclusión sistemática de criterios de eco-eficiencia en el diseño, desde la selección de materias primas idóneas con baja incidencia ambiental y de proveedores próximos, la repercusión en tecnologías de proceso, la consideración de longevidad, sencillez, multidifusión y bajo consumo para la fase de uso, hasta las facilidades para la recuperación (desmontable, identificación de componentes)…es un factor de primer orden ya que, este tipo de productos destacan por su menor coste en la fase de uso y por su mayor durabilidad.
Reinventar los mercados
Los departamentos de marketing, ventas y servicio post-venta tienen que ocuparse de que los clientes estén bien informados sobre las ventajas del producto, destacando de manera transparente el coste económico del servicio que da el producto (como referencia relevante), y no el precio de venta.
El mejor consejero para un óptimo desarrollo del producto es el propio cliente y, cuanto más directo y duradero es el contacto con él, mayor es la posibilidad de captar sus deseos y ofrecerle las soluciones que realmente necesita.
En vez de plantear «¿cómo encontrar la mejor manera para vender lo que nosotros queremos hacer?», deberíamos preguntarnos «¿cómo podemos responder directamente a las necesidades concretas del cliente y ofrecerle la solución más satisfactoria?».
Vender un producto de alta calidad, multifuncional, duradero y fiable, de bajo coste de servicio, y olvidarse de él después de la venta, puede ser un gran despilfarro de valiosos materiales y una oportunidad perdida de ganar más dinero. Un producto así merece ser aprovechado al máximo y puede reportar a la empresa un beneficio mucho mayor, si ésta lo explota durante toda su vida útil (alquiler, renting, servicio de mantenimiento, actualización).
Las múltiples y variadas posibilidades para reorientar esta intersección entre la demanda de los clientes y las ofertas de los productores engloban muchas posibilidades de desmaterialización.
La reducción de costes de fabricación mediante el incremento de la eficiencia de los procesos productivos es uno de los objetivos fundamentales de cualquier compañía. En este sentido, la ecoeficiencia tiene intereses comunes con el mundo empresarial ya que intenta conseguir más y mejores productos utilizando menores cantidades de materiales, agua y energía. Reduciendo los costes y el impacto al medio ambiente, en definitiva siendo más competitivos y más sostenibles.
«La ecoeficiencia se obtiene mediante la comercialización de productos y servicios competitivos en su precio que satisfagan las necesidades de la sociedad y ofrezcan calidad de vida al mismo tiempo que reducen, de forma progresiva, los impactos medioambientales y la intensidad del uso de los recursos en todo su ciclo de vida hasta el punto en el que el planeta pueda asumirlos».
World Business Council for Sustainable Development
Artículo realizado en el marco del proyecto ECOS, financiado por la CONSELLERÍA DE PARTICIPACIÓN, TRANSPARENCIA, COOPERACIÓN y CALIDAD DEMOCRÁTICA, de la GENERALITAT VALENCIANA.
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