Seguramente como empresario, o incluso como consumidor, te habrás dado cuenta de que son cada vez más las opciones que se califican como verdes en el actual mercado. Lo cierto es que, como en todo, en toda esta moda hay mucho marketing vacío, pero también hay proyectos muy responsables que consiguen trasladar al usuario su propuesta y triunfan con ella por el valor añadido que les supone ser una marca verde.
Ecológico, sostenible, medioambientalmente responsable,… muchas palabras diferentes que buscan comunicar la idea de que la compañía, o el producto, son de algún modo concreto menos contaminantes o más responsables con el planeta.
Hay muchas empresas que hacen realmente bien el trabajo de buscar diferenciación y ser realmente una marca responsable con el medioambiente. Sin embargo, no tienen una buena estrategia de comunicación a la hora de darlo a conocer al público y los esfuerzos no sirven para conseguir los resultados propuestos.
Seguramente conozcas de la normativa europea en la que se obliga a cobrar las bolsas de plástico. De hecho, esta legislación pretende que se reduzca el uso de un material que hasta el momento era de usar y tirar, sustituyéndolo por plásticos más duraderos o por otros materiales resistentes y que tengan un menor impacto en el medioambiente. En los envases y plásticos, presentes en la práctica totalidad de los sectores es en los que se produce un mayor mito acerca de la sostenibilidad, sobre todo con la proliferación de los conocidos como plásticos biodegradables y compostables.
En realidad, existe una importante falta de información entre los consumidores, al tiempo que algunas empresas fabricantes de plásticos ofrecen sesgos de comunicación que les favorecen. De hecho, no son pocos los expertos en medioambiente que ponen de relieve como se tergiversa para promover todavía la cultura del plástico de usar y tirar, aunque sean “compostables y/o reciclados”, frente a los materiales más resistentes de muchos usos.
Por poner un ejemplo, siempre será mejor utilizar 100 veces una bolsa de plástico de las reutilizables, aunque su fabricación y su reciclaje sean muy complejos, que apostar por las de usar y tirar.
Si se suma la huella de carbono de cada una de ellas desde el inicio hasta el final de su vida útil, la segunda sale ganando con mucha diferencia.
La mayoría de las veces, está al alcance incluso de las empresas más pequeñas marcar la diferencia y conseguir aportar valor al consumidor en materia de responsabilidad ambiental. Es cierto que las grandes corporaciones disponen de enormes presupuestos para inversiones de sostenibilidad, pero esto no impide que con un poco de creatividad y análisis del actual mercado las pymes no puedan reorientar su RSC.
Algunas de las propuestas que requieren de inversiones limitadas y que pueden estar al alcance de las pymes tienen que ver con los cambios de aparatos, aislamientos y reducción de las emisiones y de las necesidades energéticas. Sin embargo, esta es la tesis sobre la que más se habla y, la cual es insuficiente para incidir en la identidad de marca si no se comunica al público.
Los mismos han de darse a conocer, ya sea estampándolos en las hojas de pedido, con campañas de comunicación online, en la papelería corporativa, etc. Es probable que la propia empresa se sorprenda del efecto que puede llegar a tener por la conciencia del consumidor sobre estos temas.
En la actual era de las redes sociales, la interacción y la comunicación bidireccional marcan gran parte de las estrategias. El consumidor quiere sentirse parte de algo. Y es por eso que funcionan bien los incentivos offline, por ser aquellos en los que se puede encontrar un interesante valor diferencial. Así, por ejemplo, premiar a aquellos que traen su propia bolsa de plástico -más allá de cobrarle si no la traen como marca la norma y hace todo el mundo-, conseguirá que te diferencies si eres un comercio.
Es solo un ejemplo, pero con un poco de creatividad seguro que se te ocurren bastantes ideas sobre cómo comenzar a aplicar acciones enfocadas a mejorar la percepción de tu empresa y a comprometer al tu público con el planeta.
Debido a la relevancia que tienen los aspectos medioambientales orientados a la mejora de la responsabilidad social corporativa, existen profesionales y empresas encargados de crear, orientar y asesorar en este tipo de estrategias. Si tienes claro que eso es lo que necesita tu empresa, contar con estos expertos puede ser una buena fórmula para ahorrar tiempo y empezar con acciones que alcancen sus objetivos.
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