La sostenibilidad es cada vez más a menudo un asunto de alto nivel en las compañías. De hecho, las políticas dirigidas desde el más alto nivel europeo que tienen como objetivo una transformación verde hacen que el compromiso sea no solo deseable, sino obligatorio.
Desde el año 2018 entraron en vigor cambios legislativos fundamentales para exigir transparencia a las compañías, y la misma debe ser ofrecida en materia ambiental y social, tanto a los mercados como a los posibles grupos de interés.
Los requisitos para convertir el trámite en una obligación de la sociedad se limitan a tres factores:
La propuesta siempre ha sido la de considerar que las compañías más pequeñas tienen menos recursos y, por tanto, evitarles cargas excesivas. Aún así, considerando que los informes de sostenibilidad se han transformado en una ventaja de responsabilidad social corporativa , aunque tu empresa no esté obligada, puedes elaborarlo con nuestra guía para crear una memoria de sostenibilidad.
La actual normativa señala, que cuando las empresas cumplan los requisitos señalados a continuación, quedan obligadas a la presentación de un informe anual en el que se especifiquen todos los detalles relativos a la sostenibilidad empresarial según las guías oficiales:
☑️ Empresas que superen los 500 trabajadores o que empleen durante dos ejercicios consecutivos a una media de 250 empleados.
☑️ Tengan una cifra de negocio mayor a los 40 millones de euros o sus partidas de activos registran cifras superiores a los 20 millones de euros.
☑️ Empresas que tengan una sede matriz en alguno de los países que forman el espacio comunitario.
Dentro de las obligaciones de contenido del informe de sostenibilidad anual obligatorio, cabe destacar varios apartados:
El informe de sostenibilidad anual debe hacer referencia a varias cuestiones que afectan de forma directa al medio ambiente:
La preceptividad del informe hace mención específica a la diversidad y se le solicita a las compañías que describan de manera detallada las medidas aplicadas, los objetivos que se han perseguido al respecto en dicho períodos, y también los resultados alcanzados en dicha materia. Aunque no se indican plazos específicos, sí se señala que se pretenda incluir en el consejo de administración a un número equilibrado de hombres y mujeres.
Además de la directiva previa, la Unión Europea también aprobó en el 2018, dando de plazo a los Estados hasta 2019 para su aplicación, otras directivas que buscan la mejora de la información, la transparencia y que de alguna manera promueven que la misma incida en la promoción de salarios.
La Directiva de implicación de los accionistas, que supone una nueva obligación para las empresas que cumplan requisitos, no solo establece que se generen informes anuales claros y transparentes, sino que en los mismos se debe hacer referencia directa a la variación de sueldo de los consejeros en los últimos cinco años, y compararla con la remuneración media de los empleados de la empresa.
Buenos ejemplos para la responsabilidad de las pymes
Aunque casi nunca estas directivas, y los informes que las mismas conllevan sea perceptiva para las pymes, sí que es cierto que sus contenidos y análisis pueden servir de ejemplo a las pequeñas y medianas empresas para comprender qué está siendo relevante y qué deberían implementar para la mejora de su responsabilidad social corporativa.
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