No solo se evitará que se gasten unos recursos y energía indispensables, sino que también supone un problema ecológico en cuanto a la eliminación de estos desechos. Un mundo más eficiente empieza con una materia prima con los mínimos residuos posibles para crear una economía circular eficiente capaz de cumplir con los objetivos marcados.

El reciclaje entró en nuestras vidas hace décadas. Esta idea de reutilizar los residuos es la base de una economía circular que pretende aprovechar al máximo todos los recursos del planeta. 

Al igual que en una casa, nada se tira, en una empresa o en una ciudad tampoco debería haber unos residuos enormes.

 Este dato es terrible teniendo en cuenta el repartimiento desigual de algo tan esencial, mientras una parte de la población pasa hambre, la otra destruye recursos que podrían ser aprovechados. Este ejemplo es uno de los más claros para entender la economía circular. Lo que uno tira puede ser aprovechado por otros, así es la mentalidad empresarial del futuro, la economía circular.

Aprovechar el plástico de las botellas de agua para crear un producto único. Establecer unos vínculos entre la materia prima y el residuo. De lo que uno tira, otro puede crear un imperio que genere el mínimo de residuos posibles. La tierra posee recursos limitados que debe proteger al máximo. El ejemplo del plástico es uno de los más evidentes al tratarse de un elemento que tiene un ciclo de vida enorme, se tardan varios cientos de años en desaparecer y por ese motivo puede poner en riesgo el futuro del planeta.

Tratar los residuos para que sigan siendo útiles, reutilizar y reciclar es el primer paso en una economía circular eficiente. Lo que se tira se convierte en una materia prima, por lo tanto, se reduce al máximo el impacto en el medio ambiente, este debe ser el objetivo vital de este nuevo ciclo en busca de una reducción de los desechos y un aprovechamiento masivo de cada elemento.

España ocupa el sexto lugar en cuanto a reciclaje se refiere. Según Ecoembes la tasa de reciclaje de plásticos se sitúa en un 70%. Una cifra que podría ser más elevada si tenemos en cuenta que las primeras posiciones han conseguido implementar un sistema más eficaz de reciclaje. Este porcentaje es vital para poder aprovechar al máximo los recursos, el objetivo de llegar al 100% en los próximos años debe ser aplicado por todos.

Hay municipios que no reciclan lo suficiente por falta de medios o de elementos que consigan hacer realidad unos números que deberán ponerse sobre la mesa los próximos años. La parte que está fuera de este porcentaje, la que no se recicla puede acabar siendo terrible para un futuro que necesitará la ayuda de todos para conseguir ser eliminada. Los residuos son el enemigo a batir.

Las empresas son el reflejo de la sociedad y en alguna de ellas vemos cómo se materializan los objetivos marcados. La utilización de residuos en la fabricación de productos cumple una doble función. Por un lado, acaba con los residuos y por el otro, genera unos beneficios sociales y empresariales.

Un ejemplo de buenas prácticas es Eko-rec. Esta empresa guipuzcoana que produce alfombras de los automóviles y las bandejas de los maleteros a partir de residuos de PET (Politereftalato de etileno). Este material plástico es con el que se fabrican la mayor parte de las botellas de agua y refrescos, un residuo que vuelve a ser útil convertido en un elemento imprescindible de todo vehículo, las alfombras y las bandejas de los maleteros.

Rebattery, es otro ejemplo de economía circular. Esta pyme de Bergara ha creado un sistema para alargar la batería útil de las baterías. De esta manera se consigue alargar el ciclo de vida de un elemento que genera residuos. Una forma de aportar su granito de arena a una economía circular marcada por el aprovechamiento de cada uno de los recursos que el planeta nos ofrece.

Este artículo se ha realizado en el marco del proyecto: Rsircle 21, financiado por la Conselleria de transparencia, responsabilidad social, participación y cooperación de la Generalitat Valenciana y Caixa Popular.