La bacteria E. Coli ha transformado CO2 en ácido fórmico gracias a un pequeño cambio en el comportamiento de sus enzimas. Según los investigadores, aunque no es una solución definitiva, si es una ayuda para seguir combatiendo el efecto invernadero y en consecuencia, el cambio climático.
Esta idea estaba escondida en uno de los maravillosos sucesos de nuestro planeta, la aparición de los primeros seres vivos. Tras una investigación sobre ‘Cómo nació la vida en la Tierra’, que tenía de protagonistas a los océanos y algunos componentes químicos, los investigadores se pusieron manos a la obra y lograron dar con el hallazgo.
La bacteria E. Coli forma parte de la microbiota de los animales homeotermos, es decir, vive en los intestinos de los animales de sangre caliente como son los mamíferos y aves, entre otros. Ella es la encargada de ayudarnos a digerir los alimentos correctamente.
Además de esta función vital, la bacteria E. Coli puede ser la clave para superar o amortiguar el impacto medioambiental de los gases de efecto invernadero gracias a un sencillo cambio en su forma de actuar, el cual viene determinado por una enzima.
Un equipo de la Universidad de Newcastle, en Reino Unido, ha conseguido que esta bacteria atrape el CO2 y lo convierta en un ácido orgánico, en concreto, en ácido fórmico, uno de los más simples, pues solo contiene un átomo.
El ácido fórmico es un líquido de olor fuerte e incoloro. Es el ácido que vierten algunas hormigas y abejas después de una picadura, esto es lo que provoca el habitual picor o escozor.
Según el comunicado oficial emitido por la Universidad, el gas hidrógeno ha sido el causante de que esta bacteria sea capaz de transformar el dióxido de carbono en ácido fórmico.
El proceso, según relatan, no es muy complejo. Esta bacteria, la E. Coli, cuenta con una enzima que produce hidrógeno y dióxido de carbono a partir del ácido fórmico.
En base a esto, solo tenían que revertir el efecto. Los científicos lograron sustituir en la E. Coli el molibdeno por Tungsteno, algo sencillo pues según han manifestado, no los distingue fácilmente.
Según la investigación publicada en la revista Applied and Enviromental Microbiology, una vez conocieron esta posibilidad, solo había que hacerla efectiva. En el experimento usaron un biorreactor presurizado lleno de CO2 y H2O, de ese modo acercaron los gases a las bacterias, que tal y como estaba previsto, los transforman en ácido fórmico.
Como es sabido, nuestro planeta no siempre contó con el oxígeno necesario para hacer posible la vida, antes de ello la Tierra estaba sumida en un conjunto de gases. En aquel momento, previo a la existencia de cualquier ser vivo, había unos elevadísimos niveles de CO2 y H2 que no permitían el surgimiento de la vida.
La vida solo se desarrolló bajo los océanos, a unos 10.000 metros de profundidad. ¿El motivo? Es más que probable que una enzima muy semejante a la que se encuentra en la E. Coli, fuese capaz entonces de hidrogenar el CO2 y convertirlo en un ácido orgánico, como es el ácido fórmico, dando lugar a carbohidratos simples que en un futuro lejano ayudarían a la creación de los primeros organismos complejos.
De ese modo, esta enzima pudo fabricar carbohidratos de los que más tarde aparecerían los primeros seres. Es decir, si una enzima pudo lograrlo en una dirección, los investigadores concluyeron que una muy semejante podría hacerlo en el sentido inverso y lograr, por tanto, el resultado contrario, que ayudaría a reducir los gases de efecto invernadero en nuestro planeta.
Por supuesto, según los investigadores, no es una solución a largo plazo, sino una de las muchas vías que se están desarrollando para enfrentar el cambio climático. No obstante, ha sido una de las más sorprendentes e inesperadas de este año.
Por no decir, que su descubrimiento ha sido de algún modo casual ya que apareció en un momento de clarividencia que las investigaciones luego solo confirmaron. Lo cual, lo convierte en un proceso aún más especial.
Pero, exactamente, ¿cómo se llevaría a cabo? Se captura el dióxido de carbono desperdiciado de cualquier actividad. Luego, usando el gas hidrógeno renovable (el cual se obtendría a partir de biohidrógeno, entre otras opciones) y como en el proceso anteriormente explicado, se transforma en ácido fórmico.
Esta solución fácil de articular ofrece dos ventajas diferentes. Por un lado, la reducción de los gases de efecto invernadero de la atmósfera gracias a la E. Coli, este era el principal objetivo. Pero es que además, por otro lado, la creación del ácido fórmico, un compuesto orgánico con numerosas ventajas, podría ayudar a activar una economía circular.
Este artículo se ha realizado en el marco del Convenio de la Resolución del Consejo de Cámaras de comercio de la Comunidad Valenciana e IVACE, en favor de la difusión de la SOSTENIBILIDAD para el año 2021.
Imágenes: Unsplash y Freepik
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