La situación se está volviendo insostenible para la mayoría de los ciudadanos europeos. El precio de la luz está a límites históricos, y el precio de los carburantes no deja de aumentar y marca máximos desde 2008.
Por todos estos motivos así como la relación energética de Europa con Rusia y las posibles soluciones para limitar la dependencia se han llevado informes, propuestas y posibles soluciones en la Comisión Europea.
Y es que este órgano está dispuesto a atajar la crisis energética cuanto antes y a adoptar medidas en el corto y largo plazo. No obstante, este debate ya había sido puesto sobre la mesa mucho antes de la crisis ucraniana, lo habían hecho España y Francia. Países que habían señalado la necesidad de almacenar y cambiar el mercado del gas con el objetivo de hacer frente a periodos de escasez.
Pero estas propuestas lanzadas en otoño del año pasado se están quedando atrás debido a la nueva situación geopolítica.
Europa depende del gas ruso más de lo que nos gustaría pensar. Aproximadamente 660 millones de de euros van a diario a parar a Moscú y su origen es todos los países europeos. Y es que el 40% del gas que consumimos en la actualidad viene de Rusia.
A pesar de esta situación, la Unión Europea no ha dudado en poner tres paquetes de sanciones a la nación rusa, a los cuales, según cómo avance la situación en Ucrania se podrán sumar más.
Paralelamente a las medidas o sanciones que se le pongan a Rusia hay que aclarar la futura y necesaria independencia de Europa con respecto al país invasor.
Tal y como ha expresado Ursula Von der Leyen, la presidenta de la Comisión Europea, hay que deshacerse del gas, del petróleo y del carbón ruso. Pero para hacerlo con seguridad y sin desestabilizar a un país, antes o durante hay que encontrar otras formas de abastecimiento.
Para hacerlo de un modo correcto, sin sobresaltos y sin peligro para ningún país de la zona Euro, la Comisión ha establecido tres pilares fundamentales sobre los que hacer esta transición tan peliaguda.
El primer pilar es la diversificación del suministro, el segundo la reenergización de Europa y tercero la mejora de la eficiencia energética que se llevará a cabo a través de diferentes evaluadores y programas. Por otro lado, la estabilización de precios ha tenido una mención especial.
Hay que diversificar el suministro para que Rusia reduzca su poder sobre Europa. Se trata de buscar proveedores fiables como por ejemplo el gas natural licuado y el gas por gasoducto.
El segundo pilar es el proyecto de reenergizar a los países europeos, es decir, que exista un autoabastecimiento, por llamarlo de algún modo. Para ello deberán existir políticas que inviertan en las energías renovables como la solar y la hidráulica, de este modo a largo plazo el gasto es menor.
Por ello se está buscando acelerar el Pacto Verde Europeo, una serie de acuerdos que ya estaban en trámites.
La tercera base sobre la que se asentará el intento de terminar la relación con Rusia es la mejora de la eficiencia energética. Pero, ¿cómo? Se renovarán edificios, se crearán procesos industriales inteligentes, se gestionarán de forma diferente las redes de energía, etcétera.
Y los precios también son un punto esencial que la Comisión Europea no puede dejar pasar de largo. La inflación, la subida del precio de algunos productos de necesidad básica y la subida del carburante y la luz son uno de los temas más de actualidad.
Para ello hay que tener en cuenta muchos aspectos y poner el foco en los consumidores. Von der Leyen ha manifestado que la principal preocupación deben ser los consumidores y en consonancia hay que analizar la estructura de los mercados de la electricidad.
Por ello, desde la Comisión Europea se establecen dos prioridades u objetivos claros. Por un lado, proteger a los consumidores y también a las empresas más vulnerables, de la subida de precios de la electricidad.
Y en segundo lugar y concerniente a lo primero, examinar el mercado de la electricidad, comprender que la matriz o fuente se está transformando ante este nuevo escenario y prever cómo debe hacerlo. Todo apunta y ahora más que nunca, a las energías renovables, que aumentarán su presencia y cambiarán la estructura del mercado.
La política y presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen visitó España a inicios de marzo para reunirse con Pedro Sánchez, el objetivo era por un lado felicitar a España y por otro, instarle a convertirse en una de las principales fuentes de energías de Europa.
Esto, dado que España es pionera en energías renovables y cuenta con experiencia y una alta calidad de agentes industriales en este ámbito.
Para favorecer esta acción española sobre el resto de países europeos, tan necesaria, Von der Leyen ha mencionado la necesidad de una mejor comunicación territorial entre la península ibérica, y el resto de Europa, entre otras medidas que se irán abriendo paso.
Imágenes: Unsplash y Freepik
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