Europa se lanza hacia la energía eólica, los molinos invaden la naturaleza y se empiezan a integrar en un futuro que estará marcado por la sostenibilidad. Para salvar a la naturaleza se necesitan herramientas que trabajen codo con codo junto a ella, es el caso del viento, este elemento que golpea con fuerza todo lo que está en su paso puede ser el arma definitiva para vencer al cambio climático.
Europa está empezando a apostar muy fuerte por la energía eólica. Vemos pasar los trozos de los molinos por las carreteras, asistimos a su montaje a esa manera como hace cientos de años de ver elementos arquitectónicos de este tipo al lado de nuestras carreteras y caminos.
La energía eólica es este 2021 la gran aliada para vencer a los efectos de la huella de carbono. Europa y España a bordo marcan este nuevo inicio en busca de una energía que sea capaz de abastecer a todo un continente.
Una buena noticia que se plasma directamente en un continente que necesita en todo momento más y más energía. El aumento de la población y la dependencia eléctrica crece cada vez más. La sustitución de los combustibles fósiles ha generado una flota de nuevos vehículos eléctricos que necesitan nutrirse de esa electricidad que también está muy presente en la mayoría de las casas.
Una cifra que pese a la pandemia ha seguido su curso. Es más, durante este 2021 la necesidad energética ha aumentado debido a los toques de queda y confinamientos que gran parte de los países han instaurado. Por lo tanto, la inversión en parques eólicos puede ser la solución a un futuro en el que las energías renovables jugarán un papel importante.
El viento sopla a favor de España y lo hace de tal forma que está viviendo una auténtica revolución. A pesar de la dependencia de este país a otras fuentes no renovables, el viento de cambio es una realidad en algunas comunidades autónomas y lugares de nuestro país.
Los datos ya indican que le energía eólica produce el 22% de la electricidad consumida en el país tras ser el que más potencia instaló en el 2020.
Ver molinos al lado de las carreteras ya no es solo fruto de la imaginación o la realidad propia de Don Quijote. Volvemos a llenar nuestros campos de unas herramientas que benefician a toda la ciudad ofreciendo una serie de elementos que pueden hacer cambiar para siempre el paisaje y la forma de producir.
El país se encamina hacia una no dependencia de aquellas fuentes de producción que pueden dañar al planeta y al país.
Estos molinos producen hasta 6 megavatios y las palas son de 78 metros, una majestuosidad visual que ha llevado a algunas zonas del país a no querer que se instalen, pese a sus ventajas para todos.
El precio de producir esta energía y la idea del gobierno de que se acabe reduciendo la dependencia con los combustibles fósiles está llevando al país al límite de precios.
España ha cambiado su tarifa por vatio consumido que depende en gran medida el horario del consumidor para intentar cambiar esta forma de gestionar la energía. La eólica es el camino hacia una solución que beneficiará a consumidores y productores.
La energía eólica además de producir el 20% de lo que se consume, una cifra que va en aumento este 2021, es la culpable de que se generen puestos de trabajo relacionados con ella.
Cada vez más hay estudios especializados o elementos que deben traer tras de sí una serie de beneficios importantes para toda la población. Las empresas ganan creando nuevos retos energéticos y se sirven de ellos para obtener beneficios.
La era de la energía eólica también traerá tras de sí una especialización productiva que creará mano de obra especializada. Las propias empresas que se dedicaban al petróleo y al gas ahora están pendientes de hacia donde sopla el viento y cómo conseguir una mayor rentabilidad sin dejar a un lado el medio ambiente.
Imágenes: Unsplash y Freepik
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