Estos últimos años en Europa y especialmente en España está quedando patente que las mujeres están alcanzando puestos de responsabilidad, aumentando sus competencias profesionales y desarrollándose con éxito en su sector.
Sin embargo, aunque el camino parece el correcto, aún está muy distanciado del éxito que cosechan los varones a nivel profesional.
Esto, a pesar de que las mujeres en la actualidad, en la mayoría de países desarrollados cuentan con mayor nivel académico que los hombres.
¿Entonces? Los motivos son muchos y variados y merece la pena detenerse en cada uno de ellos para conocer sobre todo, de qué modo podrían alterarse para cambiar el panorama de la mujer en el mundo laboral.
Pero como hemos mencionado, los avances son muchos, el acceso al mercado laboral es amplio y el techo de cristal cada vez parece una barrera más infranqueable, de hecho este 2021 fue uno de los años en el que las mujeres ocuparon más cargos directivos. En torno al 18% del total.
No obstante, esto aún no es suficiente y por suerte, la reforma laboral parece tener en cuenta esta brecha salarial. No lo hace de forma directa, pero sí aborda diferentes esferas que también la incluyen por ser más patente la desigualdad. Por ejemplo, en el estudio del salario mínimo interprofesional se ayuda a que la brecha salarial se reduzca, pues la mayoría de trabajadores que reciben el salario mínimo, son mujeres.
Pero algunos posibles ajustes como la subida del salario mínimo no van a cambiar la realidad de miles de mujeres en España. Se necesitan políticas concretas que atiendan a realidades patentes y cuantificables. Como por ejemplo el anteriormente mencionado techo de cristal. O también la tasa de actividad por sexos, teniendo en cuenta la maternidad, estudios, horas extras, etcétera.
De lo contrario, las políticas podrían ser inútiles para romper la brecha salarial.
El techo de cristal es resistente y aunque año tras año llegan más mujeres que logran resquebrajarlo, sigue siendo muy resistente para la mayoría. Especialmente en determinados empleos.
En España solo el 18% de los puestos de dirección de pequeñas y grandes empresas o servicios estatales están ocupados por mujeres. Una cifra muy baja si tenemos en cuenta que en muchos de estos sectores donde la cifra es baja, la mayor parte de la plantilla está ocupada por mujeres.
Es decir, es habitual encontrar empresas donde el 60 o 70% de sus empleados sean mujeres pero que los puestos de responsables de departamentos, subdirectores, directores, y CEOs estén ocupados en su mayoría por hombres.
Según los últimos informes, las mujeres cobran un 14,4% menos que los hombres. Y no parece haber motivos suficientes que puedan justificar esta diferencia. Y es que los ascensos, las subidas de sueldo, el pago de horas extras, etcétera, a menudo le llega a los hombres antes que a las mujeres. A esto le sumamos que la necesidad de conciliar para ellos es menor.
Por otro lado, esto está estrechamente relacionado con la tasa de actividad, que es 10 puntos menor en el caso de las mujeres.
Los 10 puntos menos de tasa de empleo evidencian las dificultades para acceder el mercado laboral, ya que por supuesto, los datos son sobre población activa. Esto evidencia la desigualdad de oportunidades. Y es que, también estudios recientes y a nivel internacional, demostraron que un mismo currículum tenía más oportunidades de pasar un primer filtro si el candidato era varón que si era mujer.
En consecuencia, el empleo no es igual para ellos que para ellas. Dentro de la tasa de población activa, un 16% de las mujeres se encuentran en el paro frente a un 12% de los hombres. Una tasa que por suerte, se está igualando cada vez más.
Por otro lado, las mujeres son mucho más susceptibles de ser contratadas a tiempo parcial. Además, del experimento antes mencionado de los currículums cuyo éxito radica en el sexo, también las mujeres son más contratadas para trabajos a tiempo parcial por temas relacionados con la maternidad.
A menudo son ellas quienes tiempo después de la baja por maternidad, las que tienen que reducir sus horas para compaginar su vida laboral y su maternidad. Pero parece haber más causas, y es que 4 de cada 10 mujeres en España tienen un contrato a tiempo parcial, frente a 2 de cada 10 hombres.
Finalmente, una de las principales causas de la dificultad de acceso al mercado laboral son los sectores tradicionalmente considerados como masculinos. A pesar de que mediante la educación y el acceso a diferentes carreras y estudios se está tratando de reducir esta percepción, cuando las mujeres acuden a estos sectores rara vez son contratadas.
Por ejemplo, en los ámbitos de transporte, de reparaciones, comerciales, de las comunicaciones, la banca o los seguros en algunos casos las mujeres ni siquiera llegan a ocupar el 20% de los puestos de trabajo.
Por supuesto, existen empleos donde ocurre al contrario, pero habitualmente son empleos peor remunerados o con frecuencia escondidos en la economía sumergida.
Imágenes: Unsplash y Freepik
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