La vital importancia del agua: qué hacer para preservarla

El agua es el origen de la vida. Constituye más del 80 % del cuerpo de la mayoría de los organismos e interviene en todos los procesos metabólicos que realizan los seres vivos.

En el caso del planeta tierra, el 70 % del agua en su totalidad es agua salada, por lo tanto, no es adecuada para el consumo del hombre o los animales, así como para la agricultura o las industrias.

El agua apta es bastante escasa, solo el 3 % de la que existe en la tierra  es potable y la otra está congelada en los polos terrestres.

Cifras alarmantes señalan que en el mundo hay más de mil millones de habitantes que no tienen acceso al agua y 25 mil mueren cada día por sed.

De allí la importancia de conservar limpia el agua y detener la contaminación que solo transmite enfermedades al ser humano, a los animales y afecta a la agricultura en general.

En la actualidad, la humanidad está reaccionando frente al desabastecimiento y busca soluciones para las problemáticas. Es por eso, que en la agenda de los líderes políticos y organizaciones internacionales está como tema prioritario la búsqueda de la seguridad hídrica. 

La falta de conciencia sobre la escasez de agua

Según ONU Hábitat (Programa de las Naciones Unidas para Asentamientos Humanos), una de cada 4 ciudades del mundo se encuentra en zonas donde la demanda de agua es mayor a la oferta.

Además, asegura que cada 20 años el consumo mundial de agua se duplica y la calidad de este recurso natural se deteriora por la acción del hombre.

Las predicciones para 2025 señalan que por lo menos el 2/3 de la población mundial vivirá en regiones afectadas por el llamado “estrés hídrico”. En palabras sencillas, dentro de tres años faltará agua para cerca de 5 mil millones de personas.

Es cierto que la escasez de agua es un fenómeno natural, pero también es un acto inducido por los seres humanos.

A pesar de que hay suficiente agua dulce en el planeta para cubrir las necesidades de siete mil millones de personas, su distribución es desigual y mucha de ella es desperdiciada, contaminada y manejada de manera insostenible.

Por lo tanto no existe en el mundo escasez de agua de forma general, en su lugar hay regiones que padecen de escasez, 29 de ellas debido a que el uso de este recurso natural ha aumentado más del doble en comparación con la tasa de incremento poblacional en el último siglo.

También la ONU menciona que cerca de una quinta parte de la población mundial habita en partes que enfrentan carencia de agua, y otro cuarto sufre recortes en el suministro debido a que no tiene la infraestructura necesaria para tomarla de los ríos y acuíferos.

En la actualidad, la problemática representa para muchos países el desafío más grande para el desarrollo socioeconómico y humano. Incluso puede empeorar debido al cambio climático, en especial en las zonas áridas y semiáridas, que ya de por sí presentan estrés hídrico.

Por lo tanto, la protección de los recursos de agua dulce requiere que la influencia del ser humano sobre el medio ambiente sea analizada de forma integrada y paralelamente invertir en programas que protejan el entorno y conserven el agua.

Así que falta tomar mucha conciencia sobre el uso y cuidado del agua y asignar el valor que le corresponde para la sobrevivencia del ser humano, pues no basta solo con declarar que el agua es un recurso vital, hay que darle importancia a esta afirmación.

Cómo mejorar la gestión del agua en las empresas

El agua no es solo para los cultivos, también se utiliza para generar electricidad y llevar a cabo procesos industriales.

No solo las empresas dedicadas a la producción de alimentos dependen del agua para funcionar. También es fundamental para aquellas compañías que se dedican a la minería, alta tecnología y pulpa de papel.

¿Qué se puede hacer para optimizar su gestión?

• Concienciación sobre cómo la empresa impacta al agua. Esta es una faceta clave para promover un compromiso interno que debe ir desde el CEO hasta los gerentes, proveedores y los colaboradores. Crear conciencia ayuda a las empresas a «vender» la importancia del agua y desencadenar actividades responsables.
• Incorporar acciones internas para reducir el consumo. Para muchas empresas, la concientización es solo el primer paso para ordenar las estrategias e iniciativas que se implementarán para el cuidado de este recurso.

Las acciones internas deben incorporar las siguientes actividades:

1. Metas para disminuir el consumo de agua de referencia.
2. Lanzamiento de proyectos piloto de eficiencia hídrica.
3. Compromiso con los colaboradores.
4. Consumidores y marketing para abordar oportunidades y riesgos.
5. Mejora de los informes de cantidad, calidad del agua y prevención de la contaminación.

• Trabajar en alianzas para fomentar la reducción del agua. Para expandir el compromiso sobre el cuidado, las empresas deben reconocer que trabajar con otros en diferentes escalas forma parte de una estrategia efectiva.

La acción colectiva es clave para mitigar los riesgos relacionados con la escasez del agua, aumenta la reputación y fomenta la confianza y lealtad de la marca.

Incluso, las compañías pueden promover alianzas con otras iniciativas que estén enfocadas en mejorar la gestión del agua en las empresas y en el mundo.

Acciones para llevar a cabo

Son innumerables los artículos sobre cómo realizar un consumo responsable del agua potable en el hogar.

Pero, en esta oportunidad, vamos a centrarnos en cómo ahorrar agua en el trabajo.

Antes de aplicar las recomendaciones es importante efectuar un estudio que defina cuánta agua se consume y para qué es utilizada.

Después de esto, el contador del agua será la prueba numérica que servirá de base para calcular el promedio de consumo por persona y la actividad o zona de la empresa.

También debe servir para detectar problemas en la instalación, filtraciones, fugas y actividades incorrectas como llaves abiertas, consumo excesivo de agua en alguna parte del proceso, entre otras.

El ahorro de agua en la empresa requiere de la contribución del personal y de cambios de hábitos, que suelen implicar incomodidades, por lo que es necesario ofrecer información actualizada sobre el proceso y dar un tiempo para la adaptación:

• Reducción de químicos en el agua que permitan reutilizar el agua.
• Analizar si las aguas residuales podrían reutilizarse con tratamientos. Para ello es básico conocer el tipo de aguas residuales y si es posible su reciclaje a través de procesos de tratamiento.
• Uso responsable de electrodomésticos como lavavajillas o lavadoras. En la actualidad, los equipos para las labores del hogar pueden ahorrar una gran cantidad de agua. Una idea efectiva es poner en marcha la máxima capacidad y en el programa más adecuado para cada carga.
• Ajustar el tiempo y la presión del agua en los servicios para ofrecer los niveles necesarios para una utilización eficiente sin sobre limitar el consumo con una presión muy alta.
• Mantenimiento de filtraciones o fugas con lo que se ahorrará una media de 170 litros de agua al mes.
• Uso responsable de los riegos automáticos, para ello hay que considerar invertir en controladores de riego que se ajusten a las condiciones climáticas reales y que solo proporcionen el agua necesaria.

Control y seguimiento del consumo

El último paso de las políticas de ahorro de agua eficiente es el control y seguimiento. Esta etapa es factible si se logra implementar un sistema de medición que evalúe el cumplimiento de las medidas definidas y analizando sus resultados.

En ocasiones es posible realizar el control de forma interna, pero en otros casos hay que buscar ayuda externa para así garantizar una solución más objetiva para el ahorro eficiente en el consumo.

Al final, todas las personas tienen la responsabilidad de atender la problemática de la conservación del agua desde 3 frentes:

El primero es modificando los hábitos y costumbres en cuanto al consumo del agua, también transformar y adaptar el estilo de vida por uno más respetuoso por el ambiente y el tercero es el activismo, que consiste en ayudar a que otros entiendan la importancia de la conservación del agua y qué pueden hacer para frenar la escasez.

Articulo realizado en el marco del proyecto: Socializarse, financiado por la Secretaría Autonómica de Presidencia de la Generalitat Valenciana.