La creciente concienciación en la sociedad sobre preservar el medio ambiente, mejorar la sostenibilidad, así como la gran cantidad de normativa vinculada a los aspectos ambientales hacen que las empresas estén obligadas a gestionar los aspectos ambientales inherente a su actividad.
Esta tendencia en la gestión empresarial se refleja en la definición de estrategias y políticas para conseguir que las empresas sean más respetuosas con su entorno, ya sean industriales o de cualquier sector, o incluso sean de servicios.
Este objetivo comenzó con el desarrollo de “políticas verdes”, con una clara tendencia a ser cada vez más restrictivas. Entre estas políticas desde los años 90 podemos destacar las siguientes: programa LIFE, Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, el Reglamento CEE 1210 de la Agencia Europea de Medioambiente, protocolo de Kyoto, tratado de Ámsterdam, el acuerdo de París, o el Pacto Verde Europeo.
Así pues, hay varias razones para introducir y mantener un Sistema de Gestión Ambiental en la empresa, como es el sistema según la norma ISO 14001 u otros sistemas, como el EMAS o PERS, éste último, específico para el sector portuarios.
Un Sistema de Gestión Ambiental es una herramienta diseñada para optimizar el desempeño ambiental de una organización, reduciendo los impactos que esta genera sobre el medio ambiente. Esto incluye vertidos de residuos al suelo, al agua o a la atmósfera, así como otros aspectos relacionados, como la generación y el consumo de energía, ya sea mediante fuentes renovables de energías limpias o tradicionales.
La implantación de un SGA resulta esencial para que una empresa se mantenga competitiva en el actual contexto de protección medioambiental y esté preparada para afrontar los retos futuros. Además, permite contar con la colaboración de determinados grupos de interés o inversores, quienes cada vez otorgan mayor importancia a la sostenibilidad en las empresas y el impacto positivo de éstas, a la hora de tomar decisiones de inversión.
Algunos ejemplos de beneficios de adoptar un Sistema de Gestión Ambiental son:
Ayuda a reducir las emisiones, los residuos o los consumos de energía y materias primas, lo que se traduce en menores costes de producción para la organización.
Facilita el cumplimiento de la legislación medioambiental vigente, evitando sanciones y asegurando que la organización se adapta a normativas cada vez más exigentes.
Permite establecer metas claras para mejorar los impactos ambientales y reducir la contaminación.
Un SGA proporciona garantías a clientes, empleados, inversores y al público en general, convirtiéndose en una ventaja competitiva que mejora el posicionamiento de la organización frente a sus competidores.
La ISO 14001 es el estándar internacional que establece las directrices para diseñar, implementar y gestionar un Sistema de Gestión Ambiental en una organización. Este estándar se basa en el ciclo de mejora continua PDCA (Planificar, Hacer, Verificar, Actuar), lo que contribuye a maximizar los beneficios económicos y conseguir empresas más competitivas.
Además, esta norma cuenta con una estructura de alto nivel, similar a la de otras normas como la ISO 9001, lo que facilita la integración de sistemas de gestión, optimizando recursos y generando mayores beneficios.
El sistema EMAS (Eco-Management and Audit Scheme) es una herramienta desarrollada por la Unión Europea para reconocer a las organizaciones que han implantado un SGA y se han comprometido con la mejora continua de su desempeño ambiental.
El sistema EMAS exige la presentación periódica de una declaración ambiental, verificada por organismos independientes. Este documento constituye un ejercicio de transparencia que es valorado por las partes interesadas y las administraciones públicas, reflejando el esfuerzo de la organización por mejorar su impacto ambiental.
El PERS (Port Environmental Review System) es un estándar de gestión ambiental específico para el sector portuario, promovido por la European Sea Port Organization (ESPO). Este sistema incorpora los requisitos generales de un SGA, adaptándolos a las necesidades específicas de los puertos y definiendo objetivos claros para mejorar su desempeño ambiental.
Este artículo se ha realizado en el marco de la Resolución de la Diputación de Valencia de concesión de una subvención a la Oficina de Sostenibilidad de Cámara Valencia, para el fomento de políticas ESG en el tejido municipal y empresarial en el año 2024.
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