Cómo preparar oficinas saludables para mejorar el bienestar

Muchas personas pasan una gran parte del día trabajando en una oficina.

De allí que el espacio laboral tiene un efecto significativo en el bienestar y salud de los usuarios que lo ocupan.

Y no solo eso, una oficina saludable contribuye a optimizar la productividad y la retención de personal, reduciendo de esta manera los costes por empleado y de rotación.

Por ejemplo, el diseño y la distribución de los espacios, los materiales utilizados en la construcción, las condiciones térmicas, acústicas, lumínicas y electromagnéticas son algunos de los factores que hay que tener en cuenta si quieres mejorar la salud de la empresa.

Es importante aclarar que al referirnos a oficinas saludables no solo hablamos de aquellas que tienen relación directa con el bienestar físico, sino también a la importancia de la comodidad emocional y social.

Ahora bien, ¿qué se entiende cómo oficina saludable?

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), una empresa saludable es “un lugar donde trabajadores y jefes colaboran en la implantación y la utilización de un proceso de mejora continua para proteger la salud, la seguridad y el bienestar de todos los trabajadores, así como preservar la sostenibilidad del lugar de trabajo en el tiempo”

La OMS ha fijado su atención en este aspecto, ya que diversos estudios han coincidido en que muchos inconvenientes de salud son generados por espacios no adecuados.

Se habla que las afecciones como enfermedades respiratorias, tabaquismo, diabetes, algunos cánceres, enfermedades cardiovasculares y hasta obesidad tienen un gran impacto en la vitalidad de las personas y a su vez pueden causar incapacidad temporal y absentismo.

Esto significa que muchas empresas han decidido transformarse e incluir en su organización diferentes estrategias para promover hábitos de salud dentro del trabajo y fuera de él.

Cómo beneficia a empleados y a la empresa disponer de oficinas saludables

Una empresa que incluye la salud laboral es una dependencia saludable.

Con este principio no solo se logran beneficios individuales sino para el negocio en general.

A tal punto que investigaciones realizadas por expertos aseguran que las iniciativas sanas en los sitios de trabajo pueden disminuir el absentismo por enfermedad un 27%.

De hecho, la Red Europea de Promoción de la Salud en el Trabajo (ENWHP) ha reafirmado que la Promoción de la Salud en el Trabajo (PST) es rentable para todas las empresas.

En líneas generales existe una lista de beneficios que aportan los espacio de trabajo saludable:

• Aumenta la capacidad de producción. Si un individuo se siente bien a nivel físico y emocional, tiene la facultad de llevar a cabo con eficiencia las tareas laborales.
• Mejora el ambiente de trabajo. El estado de ánimo es un atributo para que los colaboradores desarrollen un sólido equipo que permita cumplir con las metas del negocio.
• Hay más compromiso. Las personas que tienen sentido de pertenencia y orgullo por su empresa son más responsables y productivas.
• La imagen de la compañía se fortalece. Está comprobado que los negocios que cuentan con la certificación de ser saludables son percibidos en el sector y en la sociedad con un nivel corporativo más alto, sostenible y competitivo.
• Baja el absentismo. Un colaborador motivado es aquel que se siente parte importante de la empresa, por lo tanto, padece de menos enfermedades y siniestralidad.
• Se crean entornos más seguros. Un sitio en el que se previenen accidentes, así como conflictos entre equipos, es más agradable para desarrollar las tareas laborales.

Las 10 claves de una oficina saludable que facilite el bienestar

Como ya lo hemos dicho, el punto de partida de la felicidad y productividad empieza en los espacios abiertos, agradables y cómodos.

Para conseguir estas condiciones lo ideal es establecer una serie de pautas:

• Materiales beneficiosos. Es uno de los aspectos claves para lograr una oficina saludable. Es relevante evitar elementos de construcción que contengan sustancias tóxicas que pueden ser nocivas para la salud.
• Colores correctos. Aunque en ocasiones es un detalle que no se toma en cuenta, los tonos de una oficina influyen en el ambiente y el humor de los colaboradores.

De allí que las paredes rojas o violetas estimulan la adrenalina en las personas, incrementa la energía y la creatividad.

Mientras que los colores pasteles tienen un efecto tranquilizante.

Así que la idea es equilibrar los tonos y mezclar cada uno de manera adecuada para evitar el estrés, tensión y cansancio visual.

• Flexibilidad del entorno. Para ello, lo mejor es contar con espacios de trabajo que se adapten a las necesidades de cada colaborador y sobre todo que sean abiertos para permitir la comunicación y la transmisión de conocimientos.

Una combinación perfecta es contar con áreas libres, oficinas privadas, salas de reuniones y de capacitación.

• Iluminación. Hay que dar prioridad a la luz natural en todos los espacios. A pesar de que siempre es necesario contar con luz artificial, hoy día se puede equilibrar con la función de los ritmos circadianos (cómo afecta el ciclo solar a las personas).

De hecho, la iluminación inadecuada puede provocar dolores de cabeza, fatiga, sequedad en los ojos y otros problemas visuales.

• Acústica. En este punto es fundamental el diseño, ya que si es el adecuado reduce los ruidos que produce el trabajo en la oficina. También es básico contar con un sistema de aislamiento acústico tanto en techos, como en paredes y suelos.

En efecto, los estímulos sonoros en exceso pueden llegar a alterar a las personas influyendo de manera negativa en la concentración, la resolución de problemas y la memoria. Además de ocasionar dolores de cabeza, estrés, cansancio, alteración del sueño o disminución de la capacidad auditiva.

• Ventilación. Uno de los aspectos de las oficinas saludables es prestar atención al proceso de renovación del aire, para ello recomendamos utilizar materiales que reduzcan la influencia de las partículas volátiles tóxicas.

La falta de ventilación genera el llamado síndrome del edificio enfermo que por lo general afecta al 20 % de los ocupantes ocasionando problemas respiratorios.

• Contacto con la naturaleza. Hace referencia a la necesidad de estar en conexión con elementos naturales para incentivar la salud física, emocional y la creatividad.
  Uno de los ejemplos de esta práctica es la incorporación de plantas, flores o jardines verticales y el uso de materiales orgánicos en el mobiliario.
• Orden y limpieza. Mientras más organización e higiene exista en una oficina, hay más posibilidad de que las personas tengan mayor claridad mental, salud, motivación y altos niveles de productividad.
• Modernización de equipos. Un ejemplo muy claro es el uso de ordenadores antiguos que implican mayor consumo de energía eléctrica, generación de energía electromagnética, sin mencionar el estrés por mal funcionamiento.

De allí la necesidad de actualizarlos por lo menos una vez al año.

• Temperatura correcta. Al respecto, lo más aconsejable es mantener el ambiente en 23 ºC y 26 ºC en verano, que es cuando se usan los equipos de aire acondicionado.

Mientras que en invierno tener la calefacción entre 20 ºC y 24 ºC.

Por supuesto que todos los ambientes laborales necesitan espacios que mejoren la salud de sus colaboradores.

De allí la importancia del sector construcción de avanzar hacia un modelo que promueva un impacto positivo en el individuo.

Ya el concepto clásico de la oficina ha cambiado. Está comprobado- y este post lo ratifica- que el ambiente, la decoración y la distribución de los espacios contribuyen en el ánimo, salud y bienestar de los colaboradores.