Con el desarrollo sostenible de los países se tiene clara una cuestión importante: el metano hay que eliminarlo. De hecho, es una prioridad si no queremos que la temperatura del planeta vaya en aumento cada año.
El metano es uno de los gases que más abundan en la atmósfera, y esto no supondría ningún problema si no fuese porque perjudica al planeta aumentando el cambio climático.
Y es que, como consecuencia de su composición química, este es más propenso a retener el calor, convirtiéndose en un gas de efecto invernadero.
Esto se traduce en que, aunque haya menos abundancia de metano que de dióxido de carbono, es necesario menos metano para calentar el planeta, en comparación con grandes niveles de CO2, teniendo hasta 67 veces más de impacto que este último.
De hecho, el metano ha ascendido considerablemente desde el año 2006, rondando los 25 millones de toneladas por año, lo que provoca hasta el 25% del calentamiento del planeta. Y aunque únicamente permanece 12 años en la atmósfera, es el tiempo suficiente para que la temperatura ascienda.
Algunos tipos de contaminación de metano son:
En el transporte de gas o petróleo
En contacto con el sol, favorece la generación de ozono
Cuando el metano se libera, también lo hace de otros gases igual de nocivos
Gracias al monitoreo constante de este gas de efecto invernadero es como se pueden obtener grandes estadísticas.
Con la quema de los hidrocarburos se generan grandes cantidades de metano hacia el planeta, con lo que agrava la crisis climática, deteriora la calidad del aire y la salud humana. Aun así, aquí tienes otros grandes problemas que supone este gas de efecto invernadero:
Al quemar metano se emite carbono negro, un componente de las partículas PM2.5, las cuales son muy dañinas para la salud humana.
El metano contamina el aire, produciendo serios problemas como disfunción pulmonar, ardor en la garganta, irritaciones en las vías respiratorias, etc
Al quemar metano se incentiva otros componentes contaminantes para el ser humano como el ozono
En general, y según el informe de la ONU de este mismo año, reducir las emisiones de metano hasta el 45% podría reducir las muertes prematuras de más de 255.000 personas en todo el mundo.
De hecho, entre las causas de fallecimiento más recurrentes que se relacionan con el metano, nos encontramos con defunciones a raíz de enfermedades respiratorias y enfermedades cardiovasculares.
¿Has pensado cómo afectaría una tecnología capaz de reducir las emisiones de metano en el planeta? Los investigadores están manos a la obra y quieren hacerlo realidad. Y es que, reducir el metano hasta un 40% podría rebajar el calentamiento global hasta 0.04 grados para el año 2050.
Algunas propuestas que se pueden hacer para intentar llegar a estos objetivos serían soluciones fáciles y disponibles. Por ejemplo, tapar aquellos pozos de gas natural que contengan fugas o reducir la dependencia de los combustibles fósiles son algunos pasos a realizar que ayudarían a este cometido.
Y aunque estos métodos son mucho más económicos y sencillos que crear, diseñar e implementar una tecnología, actualmente inexistente, con la que limpiar el metano del aire, los científicos no pierden las ganas.
Investigaciones recientes están probando varias formas de usar la tecnología a su favor, la mayoría de ellos se basan en mover el aire sobre un catalizador para disminuir el tiempo de descomposición del metano en CO2 u otros gases.
Aun así, esta idea tiene todavía muchas lagunas, ya que no está pensado para gran escala. De momento sólo queda esperar para que nuevos diseños y prototipos de plantas de limpieza de metano vayan apareciendo
Los sectores empresariales donde más emisiones de metano se expulsan están registrados, donde la actividad humana es activa en cada uno de ellos. Entre los que se encuentran están:
Sector agrícola (ganadería y cultivo)
Minería de carbón
Extracción de petróleo
Aguas residuales
Gas
Residuos sólidos
De momento existen herramientas que ayudan a las industrias a disminuir los niveles de metano expulsados al aire, pero todavía tienen que hacer mucho más. De hecho, se estima que se tendrá que recibir una inversión de más de 5 billones de dólares para buscar soluciones técnicas a estos problemas, únicamente en las empresas de Estados Unidos.
Por otro lado, lo que sí pueden hacer las compañías son tres cosas: monitorear los niveles de gases de efecto invernadero, apoyar el consumo sostenible y promover la innovación en sus áreas.
Este artículo se ha realizado en el marco del Convenio de la Resolución del Consejo de Cámaras de comercio de la Comunidad Valenciana e IVACE, en favor de la difusión de la SOSTENIBILIDAD para el año 2021.
Imágenes: Unsplash y Freepik
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